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Sesión extraordinaria 27 de junio de 2023

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DIARIO DE SESIÓN Nº 102.- En la ciudad de Maldonado, siendo la hora 20:58 minutos, previo llamado reglamentario a sala, se inicia la sesión extraordinaria convocada para el día martes 27 de junio de 2023.

Asisten los ediles titulares: Darwin Correa, Ronald Martínez, Christian Estela, Pedro Gava, José L. Sánchez, Javier Sena, Fernando Perdomo, Damián Tort, José Ramírez, Florencia Acosta, Joaquín Garlo, Sergio Duclosson, Leonardo Pereira, Leonardo Delgado, Nicolás Billar y los ediles suplentes: Gonzalo Soria, Ana María Fernández, Roberto Díaz, Ignacio Méndez, Elcira Rivero, Maia González, Natalia Freire, Alejandra García, Nicolás Domínguez, Fernando Borges, Wilson Laureiro y Susana De Armas. Preside el acto: edil Darwin Correa. Actúa en Secretaría: Susana Hualde.

PRESIDENTE (Darwin Correa).- Buenas noches. Estando en número, damos comienzo a la sesión extraordinaria del día de la fecha, que tiene como único punto del orden del día: Golpe de Estado, 27 de junio de 1973”.

Me está solicitando la palabra el edil Duclosson.

EDIL DUCLOSSON (Sergio).- Solicitamos un cuarto intermedio de 10 minutos, señor presidente.

EDIL GARLO (Joaquín).- Que se vote.

PRESIDENTE.- Es una moción de orden y estamos votando. Estamos votando...

SE VOTA: 27 en 28, afirmativo.

(Siendo la hora 20:59 minutos se pasa a un cuarto intermedio, el que es levantado a la hora 21:19 minutos).

Asisten los ediles titulares: Darwin Correa, Ronald Martínez, Christian Estela, Pedro Gava, José L. Sánchez, Fernando Perdomo, Miguel Cabrera, José Ramírez, Luis Artola, Florencia Acosta, Carlos Stajano, Adriana Costa, Sergio Duclosson, Leonardo Pereira, Leonardo Delgado, Nicolás Billar y los ediles suplentes: Gonzalo Soria, Ana María Fernández, César López, Fabricio Rodríguez, Ignacio Méndez, Elcira Rivero, Maia González, Natalia Freire, Miguel Muto, Nicolás Domínguez, Karina Gómez, Sebastián Antonini, Williams Vitalis, Ricardo Castro y Susana De Armas.

PRESIDENTE.- Estando en número continuamos con la sesión.

Primero queremos saludar la presencia en las barras del señor intendente departamental ingeniero Enrique Antía, del señor presidente de la Departamental Nacionalista Luis Eduardo Pereira, del señor diputado del Frente Amplio Eduardo Antonini, autoridades departamentales, prensa, público presente y vecinos todos.

Damos comienzo a la sesión extraordinaria que realiza esta Junta Departamental convocada con motivo de los 50 años del golpe de Estado de 1973 en Uruguay. Como ediles departamentales compartiremos oratorias de los hechos ocurridos antes y durante los años del quiebre institucional en nuestro país. Reflexionar sobre este medio siglo de esa coyuntura histórica es activar la memoria y preservar, por sobre todas las cosas, a la democracia.

Este organismo es el único Legislativo en el país en brindar este espacio de reflexión que permitirá, con apertura, escucharnos, entender las claves y motivo del proceso histórico acontecido para que no vuelva a suceder.

Los ediles afianzaremos el cuidado de nuestra democracia; hagamos énfasis en el diálogo, la solidaridad, la unión y la memoria y así recordar y trasmitir el deseo de "nunca más". Que esta actividad nos estimule a pensar y seguir trabajando en pos de nuestro querido Uruguay y de nuestro querido departamento.

Antes de comenzar, señores ediles, vamos a entonar estrofas del Himno Nacional.

(Así se hace). (g.t.d)

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Muy bien.

Señores ediles, continuamos.

Para que sepan ‒escuché los comentarios, porque yo también lo hice‒, en el Cronograma Protocolar Nacional están fijados para los actos patrios cuáles son los momentos en que se pasa todo el Himno Nacional y en esta instancia corresponde solamente pasar lo que pasamos, lo que emitimos. Así está estipulado por el protocolo nacional en materia de las canciones patrias y actuamos en consecuencia.

Antes de comenzar y darles la palabra a los señores ediles, vamos a comenzar mostrando imágenes alusivas al día de la fecha.

(Se proyecta video). (m.g.g.)

Antes de continuar, permítanme saludar también a la señora presidenta de la Mesa Política del Frente Amplio en Maldonado, doctora Silvana Amoroso, quien nos acompaña en las barras.

Tengo anotado al edil Fabricio Rodríguez…

(Disentidos, dialogados).

UNA EDILA.- ¿Y el discurso de Michelini?

PRESIDENTE.- Adelante, señor edil…

(Dialogados).

Señores ediles, está en uso de la palabra el edil Rodríguez…

EDIL PEREIRA (Leonardo).- Moción de orden, presidente.

PRESIDENTE.- Está en uso de la palabra.

EDIL PEREIRA (Leonardo).- Cuarto intermedio de 5 minutos.

PRESIDENTE.- Está en uso de la palabra, señor edil.

EDIL PEREIRA (Leonardo).- Todavía no empezó a hablar...

PRESIDENTE.- Está en uso de la palabra.

Por favor, señor edil.

EDIL RODRÍGUEZ (Fabricio).- Gracias, presidente.

En pos de la convivencia y del respeto a las instituciones ‒lo cual debemos celebrar y conmemorar‒, solicito un cuarto intermedio de 10 minutos, señor presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Estamos votando un cuarto intermedio de 10 minutos.

SE VOTA: 27 en 31, afirmativo.

(Siendo la hora 21:29 minutos se pasa a un cuarto intermedio, el que es levantado a la hora 21:41 minutos). (m.r.c.)

Asisten los ediles titulares: Darwin Correa, Ronald Martínez, Eva Abal, José L. Sánchez, Fernando Perdomo, Miguel Cabrera, José Ramírez, Alexandro Infante, Carlos Stajano, Joaquín Garlo, Leonardo Pereira, y los ediles suplentes: Gonzalo Soria, Javier Gasco, Wilma Noguez, Francisco Gutiérrez, Fabricio Rodríguez, Ignacio Méndez, Elcira Rivero, Esteban Cabrera, Natalia

Freire, Miguel Muto, Alejandra García, Fernando Borges, Jorge Pieri, Lilián Santos, Williams Vitalis, Carina De Brun, Sergio Casas, Ricardo Castro y Susana De Armas.

PRESIDENTE.- Estando en número, continuamos con la sesión extraordinaria convocada para el día de la fecha.

Se va a proyectar el video que fue emitido en la Cámara de Senadores; el que se emitió anoche en el acto que se realizó.

Adelante.

(Se proyecta video). (k.f.)

PRESIDENTE.- Muy bien.

Muchas gracias, señores ediles.

Para comenzar tiene el uso de la palabra el edil Fabricio Rodríguez.

Adelante, señor edil.

EDIL RODRÍGUEZ (Fabricio).- Gracias, señor presidente.

La magnanimidad, en el acierto y en el error, es de los grandes y usted ha demostrado que la tiene, señor presidente, y se ha demostrado como un demócrata en esta sala. Por lo tanto, le agradezco como edil y como ciudadano de este departamento.

“Prometeo fue grande porque supo decir que no a los dioses. Y el pueblo uruguayo es grande porque supo decir que no a los dioses con pie de barro”. Eso decía Alberto Candeau el 27 de noviembre de 1983 al pie del Obelisco a los constituyentes en ese “Río de Libertad”.

El 26 de junio de 1973, Uruguay era un país con una honda crisis social, económica y política, con una Constitución violentada por el Ejecutivo nacional, con derechos individuales suspendidos, pero con una democracia herida pero funcional para los uruguayos.

El 28 de junio de 1973, Uruguay era un país secuestrado, intervenido, mutilado. Desde la madrugada del día intermedio, un grupo de militares ‒“esos Latorritos”, al decir de Vanconcellos, “esos rinocerontes”, al decir de Tarigo y Pons Echeverry‒, junto a un grupo grueso de civiles, decidió tomar en sus manos ilegalmente el destino del país. Comenzaba una década de represión, miedo, injusticia y violencia.

La dictadura se prolongó desde 1973 hasta 1985. Es, en nuestra historia reciente, el hecho más trágico del país.

50 años han pasado de un día de los más nefastos, de los más oscuros de la historia del Uruguay.

Hace 50 años los uruguayos dimos gala de los extremos que la intolerancia y la radicalización ideológica pueden producir en el hombre. Hace 50 años fuimos partícipes y perdimos el mayor tesoro que tiene el Uruguay: perdimos nuestra democracia.

La confusión, el estancamiento económico, la llegada de ideas revolucionarias armadas y la lucha total contra el comunismo internacional, en el contexto de la Guerra Fría, fueron hiriendo de muerte a nuestro sistema republicano.

La pérdida de la credibilidad en el sistema de partidos políticos, de “nuestra partidocracia”, al decir de Carlos Real de Azúa, hizo descreer en la representatividad y, por tanto, en nuestras instituciones. Esa confusión, ese continuo descreimiento de nuestra forma de vida nacional, de tolerancia y respeto irrestricto a las libertades llevaron a las definiciones de junio, que pueden resumirse en las palabras de Carlos Demasi en lo siguiente: “La reconstrucción histórica del episodio del golpe y la huelga que realizó Álvaro Rico, muestra la variedad de un momento lleno de riquezas y de experiencias sociales que quedó marcado en la memoria social como el comienzo de la dictadura. Pero eso no puede surgir del testimonio de la época –dice Demasi–. Es decir, por tanto, el romanticismo posterior, la épica de la resistencia dista de la realidad histórica del momento”.

Aunque la disolución del Parlamento se ve hoy como la transformación de Bordaberry en dictador, para muchos en aquel momento el episodio no pareció dramático ni marcó una clara frontera temporal.

El novel dictador explicó su actitud invocando su vocación democrática y nuestra adhesión sin reticencias al sistema de organización social y político que rige la convivencia de los uruguayos.

Por su parte, el expresidente Pacheco Areco, embajador en España, mandaba un telegrama desde Madrid apoyando la decisión de Bordaberry; aceptaba sin cuestionamientos la medida, entendiéndola como “la preservación de valores fundamentales de la democracia uruguaya”.

Al día siguiente, la Unión Nacional Reeleccionista hizo más explícito su apoyo, agregando la expectativa de una nueva institucionalidad basada en el efecto, funcionamiento de los partidos, sobre bases genuinamente democráticas. Es decir que para algunos sectores políticos no hubo un cambio radical en la situación, ni siquiera luego de un gesto tan drástico como la disolución del Parlamento; por el contrario, para ellos el golpe de Estado y la democracia todavía no eran antagónicos. (cg)

Aunque su relación ya no era en términos de coexistencia, sino de sucesión, la dictadura era una etapa a recorrer para salvaguardar la democracia". Eso escribe Demasi haciendo un análisis interpretativo de los hechos de junio de 1973, donde la ciudadanía, o parte de ella, las fuerzas políticas, o parte de ellas, reconocían en el golpe de Estado una supuesta salvaguarda a los derechos fundamentales que hacen a una democracia.

Aquí no debemos rememorar presentando una dialéctica entre dos demonios, entre la guerrilla y los militares, quitando responsabilidades al elemento cívico y fundamentalmente a los actores políticos de la época.

Ya lo decía Wilson Ferreira en 1986, en entrevista con María Esther Gilio: "Nunca debimos autorizar a los militares a juzgar civiles". Pero es muy fácil escribir la historia cuando se conocen los resultados; hay que situarse en el momento en que todo eso ocurrió, en ese momento nos estábamos jugando la estabilidad institucional del país. El golpe ya amenazaba en un país cuya clase predominante, la clase media, tenía como valor incambiable la seguridad.

Era doloroso para el uruguayo medio; la tranquilidad se había transformado en algo más importante que la libertad. Por tanto, la ciudadanía renunció a la paz de las instituciones, al debido derecho, a la convivencia social y hoy, 50 años después, estamos rememorando los hechos que nos llevaron a esa fatídica noche que dio como telón de fondo una degradación de nuestro sistema republicano y democrático.

50 años después debemos entender que los muertos no tienen ideología, la Justicia no debe tener bandos, el silencio no debe tener cómplices. Que el olvido no cubra la memoria; por aquellos que no están por el terrorismo de Estado y también por aquellos que la insurgencia llevó, debemos reclamar verdad y justicia, debemos reclamar democracia.

Las palabras finales del informe sobre la violación de derechos humanos: "Que nuestra juventud esté alerta, que jamás sacrifique su conciencia y su memoria sobre el altar de los intereses menores, sean partidarios, ideológicos o el conformismo, que conserve como niña en sus ojos esa noción profunda del Derecho y la Justicia que recibió de los fundadores de nuestra nacionalidad y que emana de la Declaración de los Derechos Humanos". Por más democracia, y como dijo Candeau terminando su discurso en el Obelisco: "¡Viva la patria, viva la república y viva la democracia".

Muchas gracias, presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE. Gracias, señor edil.

Para continuar, tiene el uso de la palabra...

Para aclarar: el Frente Amplio ha utilizado un sistema por el que van a hablar por lista; entonces, yo le voy a dar la palabra a los representantes de una lista que tienen un tiempo determinado. Según la cantidad de integrantes, cada lista tiene un tiempo determinado. Es lo mismo, pero distinto.

Tiene la palabra un integrante de la Lista 1946.

EDIL PEREIRA (Leonardo).- Gracias, presidente.

Un saludo a la gente que está en las barras y a las autoridades presentes en este acto. En realidad es un acto; si bien es una sesión extraordinaria, por las características lo podemos llamar acto.

50 años del 27 de junio de 1973, 50 años de la consolidación del golpe de Estado cívico-militar, de la instauración de la dictadura y de la consolidación del terrorismo de Estado.

Quiero destacar lo de cívico-militar porque fue eso: un golpe militar con la complicidad de civiles, complicidad que ya venía ejerciéndose desde antes, que se mantuvo durante los 12 años de dictadura y que lamentablemente, en parte aún, hoy sigue.

Y lo de la consolidación del terrorismo de Estado significando el mismo como acciones terroristas llevadas adelante por organismos del Estado, porque fue eso, una consolidación y profundización de las acciones desplegadas en años anteriores a 1973.

Esta actividad de hoy no es de conmemoración, no lo podemos aceptar, no estamos conmemorando nada, no estamos celebrando nada. Estas actividades que se están realizando en el marco de los 50 años del 27 de junio de 1973 son de repudio, de análisis, de reflexión entre los uruguayos y las uruguayas, con un único objetivo: el de que nunca más vuelva a ocurrir. (a.f.r.)

Decíamos que ya desde antes del 27 de junio, el terreno para lo que ocurrió hace 50 años se estaba abonando; a fines de la década del 60 y comienzos de la del 70 ‒con las medidas prontas de seguridad de Pacheco Areco: militarización, acuartelamiento de trabajadores, por ejemplo, los bancarios, los funcionarios de UTE, los funcionarios de Ancap, los y las textiles, etc.‒ se instaló la dictadura militar ‒como dijimos‒ con complicidad directa y participación de civiles.

Solo basta ver las distintas integraciones del Consejo de Estado ‒órgano que pretendió sustituir al Parlamento‒ y la integración de las llamadas Juntas de Vecinos en los departamentos ‒que pretendían sustituir a las Juntas Departamentales‒.

Podemos ver que la mayoría de dichos organismos estaban integrados por civiles. Solo basta ver las integraciones para ver que la mayoría de dichos organismos estaban integrados por civiles. Pretendieron avalar las decisiones del Cosena y de los distintos dictadores que pretendieron gobernarnos. El objetivo de esa confabulación entre militares y civiles fue el exterminio de la izquierda y de aquellos que, de una u otra forma, simpatizaban con la izquierda.

Durante la dictadura se dañó a las uruguayas y uruguayos en varios aspectos. En lo físico, con miles de detenciones, con torturas, con muertes, con desapariciones, con exilio. En lo económico, cayó el ingreso de los trabajadores y jubilados en un 60 % y se aumentó la pobreza, subiendo hasta un 40 % el índice de la misma. En lo social se rompieron los vínculos sociales; nadie se podía reunir, estábamos todos vigilados, había prohibiciones de todo tipo.

Las trabajadoras y los trabajadores eran despedidos sin reconocerles derechos mínimos, como puede ser el pago del despido, etc.

En lo cultural, también aquí la persecución, la cárcel, la tortura, el exilio, la censura, afectaron a la mayoría de los actores culturales de aquella época solo por pensar distinto y trasladar su posicionamiento ideológico a sus letras, a su música, a sus actuaciones, a sus libros, a sus reuniones, a sus expresiones.

Decía alguien por allí, en una entrevista, que por lo menos una o dos generaciones se vieron amputadas por la acción directa de la dictadura, algunos efectos que hasta el día de hoy persisten.

Fueron épocas muy difíciles, el miedo imperaba desde mucho antes del 73. Siendo yo muy chico tuve a la vista la experiencia de mis padres: él empleado de UTE, venían a buscarlo en el vehículo policial para llevarlo al trabajo, que estaba a 10 cuadras. Se aseguraban de que fuera. Ella, cuando él se ponía a conversar en la calle con algún vecino, a voz en cuello contra el gobierno, lo hacía entrar en forma inmediata, pidiéndole que se callara. Aclaro que ambos eran batllistas.

Ya en el 74, entrando al liceo, existía la necesidad de tener el pelo muy corto y las compañeras debían usar la pollera por debajo de la rodilla; exigencias que se extendieron en el tiempo. Y en 6º año del liceo alguien controlaba en la puerta si el pelo estaba apenas largo y definía si iba al salón o pasaba por donde un peluquero, que era enviado por la oficialidad de la Base o del Batallón, procedía a cortarlo.

Este efecto se extendía ya mucho más acá en el tiempo. Cuando ingresé a trabajar en un banco me dijeron que el pelo no podía pasar el cuello de la camisa y que el bigote no podía pasar la comisura de los labios.

Pretendían hacernos escuchar solo la música que ellos querían y leer los libros que solo ellos querían.

El destino quiso que los 150 años de la Gesta Libertadora de 1825 se celebraran en plena dictadura. No tuvieron mejor idea que introducir la frase “Sesquicentenario de los hechos históricos de 1825, Año de la Orientalidad”; frase que debíamos poner todos los días en todos los trabajos liceales, al comienzo de los mismos y, en los casos de escritos, había que ponerla en todas las hojas.

50 años parece mucho tiempo, pero cuando vemos la proyección de los efectos de la política y del plan del terrorismo de Estado que, como dijimos, arrancó antes del 73, hasta nuestros días, vemos que no es mucho tiempo. Aún hoy seguimos encontrando restos humanos y aún hoy nos resta encontrar a las y los desaparecidos. También quiero recordar que recién hace 2 meses una familia de Maldonado pudo tener ‒al decir de un integrante de la misma‒ un momento de mucha emoción: conocer el procesamiento de quien había asesinado a su padre Francisco Chocho, que fuera preso el 23 de noviembre de 1972, casi 1 año antes del golpe de Estado y quien fuera asesinado en tortura en el Batallón N° 4 de Laguna del Sauce al otro día. (g.t.d)

Recodamos además que en Maldonado no está resuelto el asesinato de Mondello y nos resta saber dónde está Horacio Gelós Bonilla.

Reiteramos, que todas estas acciones en el marco de los 50 años de aquella noche sirvan de repudio a todo lo ocurrido y a lo que sigue ocurriendo y de reflexión que nos permita gritar bien fuerte: ¡libertad, democracia, nunca más dictadura, nunca más terrorismo de Estado!

(Aplausos).

EDIL ANTONINI (Sebastián).- Gracias, presidente.

Buenas noches, compañeras y compañeros ediles y al público que nos acompaña en la noche de hoy.

En estos días y por diversas vías el movimiento sindical, las organizaciones populares, las de las universidades, las de algunos medios de difusión, han procurado rememorar los acontecimientos que condujeron a la Huelga General, como respuesta al golpe de Estado, acción de lucha que da inicio a la larga resistencia popular de 12 años y su secuela de muertos, desaparecidos, presos y exiliados, amén de los despidos y rebajas salariales producto de la represión empresarial y la política económica de la dictadura.

La inmediatez de la respuesta a la convocatoria de la CNT, casi simultánea a la lectura del decreto con la disolución de las Cámaras, el contenido de la proclama, la firmeza de las ocupaciones frente a la presencia amenazante de las fuerzas conjuntas, la preocupaciones cada vez que vía militar los trabajadores eran desalojados y conminados a reintegrarse al trabajo, su persistencia a lo largo de 15 días inscriben esas jornadas en lo mejor de la historia de nuestro pueblo.

Fue el inicio de la resistencia, a veces visible, otras veces no, pero siempre presente en el volante, en la pintada, en el mitin relámpago, verdadero puente hacia la eclosión popular de los 80, con la primera demostración masiva, otra vez a cargo de los trabajadores el 1º de mayo de 1983.

Todo debe de ser contado y explicado a las nuevas generaciones, el papel de los factores económicos y de los gobiernos cómplices, el papel de las Fuerzas Armadas responsables de haber descargado sobre su propio pueblo el terror, la muerte y la desaparición de compatriotas, de haber convertido a la patria en una inmensa cárcel. El papel de sus cómplices civiles, políticos y empresarios, muchos de los cuales ellos y sus instituciones pretenden aparecer hoy como apóstoles de la democracia. En fin, todo. No a manera de revancha sino por la imprescindible verdad histórica.

¿Cómo fue posible esa gesta, admirada y estudiada mundialmente?

Es bueno no olvidar la larga historia del movimiento sindical uruguayo, que se remonta a los albores casi del Uruguay moderno y su organización económica y social, con una continuidad en el tiempo envidiable. Eso hizo que se nutriera por un lado de las corrientes del pensamiento obrero, el anarquismo, el marxismo, las corrientes sociales cristianas, que los trabajadores inmigrantes de fines del siglo XIX traían de la Europa convulsionada por luchas sociales y políticas de aquellos tiempos y, por otro lado, de las ideas de libertad, democracia e igualdad que persistían de los tiempos de la patria vieja y el artiguismo, que el paisano pobre fue incorporando en su inserción en las actividades industriales nacientes; sin olvidar la intensa vida intelectual que irradiaba en la sociedad uruguaya la joven generación universitaria y su reflejo en la prensa de entonces.

Buen bagaje de pensamientos acumuló nuestro movimiento obrero, que aplica en buena medida la gesta del enfrentamiento a la dictadura y el profundo contenido nacional y democrático que alimentó su programa y sus luchas.

Lo que en todo caso diferencia la generación sindical del 60 es el mérito histórico de haber encontrado los caminos de la unidad, una unidad no común en el mundo como lo fue integrar en una única central la totalidad no solo de las organizaciones sindicales sino también la totalidad de las vertientes del pensamiento obrero internacional.

Fueron capaces, a partir de la variedad de enfoques que cada vertiente expresaba, de elaborar un programa común que trascendió el ámbito de la clase trabajadora para incluir en él al pueblo en su conjunto.

Esta obra nos hizo, en las diferencias, integrantes de algo común, lo que explica que, en medio de tanta polémica de aquellos tiempos, la unidad fuera, en último término, la cuestión fundamental. (m.g.g.)

Como bien señalaba Pepe D'Elía, figura señera en la construcción de la unidad, esta debía y debe cuidarse permanentemente como una planta que se riega cada día. Este es el desafío, el espíritu a trasmitir de generación en generación el convencimiento de que, en último término, la unidad es la cuestión fundamental, tan importante como la recreación de los aconteceres vividos por nuestro pueblo en esta llamada historia reciente. Lo es la recreación del proceso de construcción de la unidad social y política, pues sin ella nada hubiera sido posible al menos en las dimensiones que transcurrieron.

Gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tiene la palabra la señora edil del Partido Colorado, Susana De Armas.

EDILA DE ARMAS (Susana).- Gracias, presidente.

Quisiera saludar a las personas que nos visitan hoy: autoridades y público en general.

El 27 de junio de 1973, hoy hacen 50 años, mediante dos decretos se clausuraba el Parlamento y se declaraban ilegítimos todos los partidos políticos del Uruguay, declarándose de esta manera, formalmente, la dictadura cívico-militar que durante 12 años le significó al país la instauración de un régimen totalitario en el que fueron avasallados los derechos fundamentales de sus ciudadanos y, para sostenerlo, fueron cometidos los crímenes más atroces en nombre de la patria.

Los sucesos del 27 de junio significaron lo que estoy diciendo, nada más y nada menos que el asalto a uno de los tres Poderes republicanos: el Poder Legislativo; y nada más y nada menos, también, que la legitimación de los partidos políticos, sin los cuales ningún régimen democrático puede funcionar. Pero, de hecho, el golpe de Estado se había producido hacía más de 4 meses, en febrero de ese mismo año, cuando las Fuerzas Armadas, con excepción de la Marina, desconocieron la autoridad del Poder Ejecutivo del hasta entonces presidente constitucional, a raíz de la designación del general Antonio Francese como ministro de Defensa Nacional.

Justamente el nombramiento del general Francese, un hombre respetuoso del orden republicano y de la Constitución de la República, era producto de la necesidad de controlar el poder del que se creían dueños los militares por haber derrotado a la guerrilla tupamara, encabezado por los generales Gregorio Álvarez y Esteban Cristi, quienes lideraron esa sublevación y no aceptaron el nombramiento de Francese.

Es ahí, entonces, que se produce el verdadero golpe de Estado: cuando el Presidente de la República nombra un ministro de Defensa que no es aceptado por las Fuerzas Armadas, a través de los famosos Comunicados 4 y 7, que divulgaron el Ejército y la Fuerza Aérea los días 9 y 10 de febrero del año 1973 por cadena de radio y televisión, en los que, por un lado, justificaban el rechazo al nombramiento del general Antonio Francese como ministro de Defensa Nacional y, por el otro, hacían una serie de propuestas de medidas de gobierno que este debería de aplicar en diversas áreas, con el apoyo de algunos partidos políticos de izquierda y de la CNT, que se entusiasmaron con la idea de que en Uruguay, en este país, se produjera una revolución militar progresista o peruanista, como se decía en aquella época, en alusión al Gobierno de Velasco Alvarado en Perú.

Es obvio que se trataba de un manejo por parte de los golpistas, que lograron contar con estos apoyos a pesar de que ya en octubre del año anterior, o sea en 1972, el propio Jorge Batlle denunciaba por cadena de radio y televisión la conspiración existente entre oficiales de las Fuerzas Armadas y tupamaros presos para denigrar a dirigentes de los partidos políticos desarrollando operaciones clandestinas en conjunto. (m.r.c.)

Esto ocasionó su encarcelamiento y la renuncia de varios ministros colorados del momento, acusándose al doctor Jorge Batlle, por parte de la Justicia Militar, de ataque moral a las Fuerzas Armadas como se decía en aquel momento-, y también a pesar del expreso aviso del senador también colorado Amílcar Vasconcellos, que denunció la existencia de lo que él llamó "los Latorritos", que con "ayuda de cobardes y traidores", tenían un plan para arrasar con las instituciones.

Todo esto último quedó documentado en su libro "Febrero Amargo", en donde deja en forma muy marcada que es en ese mes de febrero de 1973 donde se inicia efectivamente la dictadura cívico-militar que llevaría al país a una de las peores épocas de oscurantismo que le tocó vivir.

De todas formas, señor presidente, este 27 de junio, luego de 50 años es bueno recordar estos episodios, los del 27 de junio y los de febrero del 73, y todos los momentos vividos por nuestro país antes y durante esa dictadura, con el fin de valorar el sistema democrático.

Esta historia comenzó, lamentablemente, con la construcción por parte de algunos iluminados, revolucionarios de entonces, de esa idea de que los políticos eran todos corruptos y representaban una burguesía privilegiada que debía desaparecer, y también de los golpistas, que haciéndose eco de estas ideas, los engañaron primero y los sometieron después, como lo hicieron con todos los ciudadanos. Que la política es sinónimo de corrupción, que el sistema democrático es culpable de todos estos desmanes y que los poderes republicanos no ofrecen garantías era parte del discurso tanto de uno como de otro bando.

Por eso, ya que es bueno recordar estas dolorosas realidades, es bueno también recordar, como parte del sistema político de entonces, a aquellos hombres que actuaron honorablemente ante esta coyuntura del 73, tanto la de febrero como la de junio, como por ejemplo el Vicepresidente de la República, el señor Jorge Sapelli, que renunció ese mismo 27 de junio a su cargo con el coraje y la dignidad propia de un hombre recto. También tenemos que recordar al contralmirante Juan José Zorrilla, que en febrero del 73, estando al frente de la Armada Nacional Naval, tomó la Ciudad Vieja dispuesto a enfrentar al resto de las Fuerzas Armadas, en respaldo al que era hasta en ese momento presidente constitucionalmente electo y, por ende, en defensa de la Constitución, de la república y de la democracia.

Tenemos que reconocer que somos un país joven; nuestra historia es corta si la comparamos con la historia de otros países del mundo, pero lleno de gente mayor con historia de vida, que vivió todos estos sucesos, y es bueno que aquellos que los vivimos nos ocupemos de trasladar la verdad de los hechos a las futuras generaciones y que contemos la historia entera y no a retazos, para que estos sucesos no vuelvan a ocurrir.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Muchas gracias, señora edil.

Tiene la palabra el señor edil Fernando Perdomo.

EDIL PERDOMO (Fernando).- Gracias, presidente.

Hoy recordamos aquellos tristes hechos. No fue un 27 de junio del 73 el golpe de Estado; el golpe de Estado comenzó aproximadamente 9 años antes, cuando un grupo de ciudadanos tomó las armas en contra de un país democrático y próspero como era Uruguay. Ahí comenzó el golpe de Estado, ahí se gestó. Ahí tomaron las armas personas con ideología comunista, queriendo implantar en nuestro país un Estado dictatorial como era en Cuba.

Desgraciadamente, los hechos fueron aconteciendo. En el año 71 tuvimos una elección en la que terminó como presidente un señor, Juan María Bordaberry, que no era de un partido político. (k.f.)

En realidad Bordaberry fue electo porque no pudo ser reelecto Pacheco y quedó él. Nosotros hoy nos preguntamos para qué sirven los partidos políticos, sirven para eso: para formar personas que van a actuar en la sociedad. Bordaberry no era un tipo formado en un partido político. Cuando se le ofrece ayuda ‒el general Francese, como bien dijo la compañera edil‒ dijo que no y a los pocos días hizo el Pacto de Boiso Lanza con los golpistas y entregó el poder a los militares. Eso nunca tuvo que suceder, puesto que en el año 1973, los tupamaros estaban todos presos y no había guerrilla en nuestro país, no había necesidad de quebrar las instituciones, pero sucedió así.

Y cuando decimos: “Nunca más, nunca más dictadura”, también digamos: “Nunca más que un grupo de civiles tome las armas en contra de las instituciones, nunca más un presidente que jure lealtad a la Constitución y traicione a la patria, como hizo Bordaberry; nunca más”. Nunca más todo, presidente, nunca más, ese sería el mensaje.

La democracia hay que cuidarla todos los días, no con actos intolerantes; hay que cuidarla todos los días en el boliche, en la calle, en el trabajo, porque ser respetuoso de las personas que tenemos adelante nos hace una sociedad mejor y, en el contexto general, es lo que nos ha hecho un país diferente en América Latina, tener respeto por las instituciones, tener respeto por el vecino, y así es como tenemos que seguir procediendo para que este país sea un faro en Latinoamérica.

Gracias, presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Muchas gracias, señor edil Perdomo.

Tiene la palabra un edil o ediles de la Lista 1001.

EDIL BILLAR (Nicolás).- Gracias, presidente.

Qué altura la de figuras como Wilson, ¿no? Qué importante este encuentro, que, entre otras cosas, recuerda a una generación que fue heroica, integrada por hombres y mujeres de todos los partidos.

Hoy, 27 de junio, se cumplen exactamente 50 años del golpe de Estado dado por Juan María Bordaberry, presidente electo por el Partido Colorado, y también se cumplen 50 años de la respuesta popular, en particular de las y los trabajadores organizados en la CNT, con la Huelga General.

El golpe de Estado fue parte de un proceso que comienza a fines de la década del 50, del siglo pasado, cuando en respuesta a una crisis estructural de nuestra sociedad, la clase dominante profundiza su dependencia con el imperialismo al firmar la primera Carta de Intención con el FMI y los primeros convenios de colaboración con la CIA y el FBI, que generalizan el espionaje, la infiltración, la acción de grupos fascistas y nazis y la tortura como práctica sistemática.

El proceso previo al golpe tiene un punto central en 1964, cuando se da el golpe de Estado en Brasil y aquí se intenta replicarlo por grupos fascistas. Se continúa con la presencia directa de representantes de la oligarquía en el Gobierno encabezado por el colorado Pacheco Areco y tiene un momento clave en 1968, con la implementación de las medidas prontas de seguridad, la represión desatada, los mártires estudiantiles: Líber, Hugo, Susana, Heber, así como la represión y persecución a los sindicatos.

(Siendo la hora 22:23 minutos ocupa la presidencia el señor edil Luciano Fernández).

El golpe de Estado del 27 de junio lo dieron la oligarquía y los fascistas, con uniforme y sin él, porque necesitaban quebrar la resistencia popular para implementar un gigantesco ajuste que les garantizara el mantenimiento de sus privilegios.

Las razones del golpe se encuentran en lo económico, en la necesidad de materializar por la fuerza la propuesta de los sectores económicamente dominantes asociados con el imperialismo, que planteaba una salida a la crisis por el lado del ajuste, tanto de salarios como del gasto público social, recomponiendo por esa vía la ganancia del capital para impulsar la inversión, con fuerte foco en la transnacionalización de la economía, favorable únicamente a una pequeña minoría de grandes capitalistas.

Este proyecto de país fue el que se empezó a imponer con el Pachecato a partir de 1968 y posteriormente continuó con el golpe de 1973. Así lo demuestra la concentración de ingresos y riquezas durante el período transcurrido entre 1973 y 1984, donde se produjo una gigantesca transferencia de ingresos desde la clase trabajadora hacia el capital. (a.g.b.)

En 1984 el Producto Bruto Interno per cápita era 15% superior al existente en 1972, pero en igual período el salario real medio cayó a la mitad. Esto implicó una transferencia de U$S5.000.000.000 desde los trabajadores asalariados hacia el capital.

En conclusión, la dictadura llevó adelante una redistribución regresiva de ingresos, en perjuicio de los trabajadores y las trabajadoras.

En cuanto a la subordinación al capital financiero internacional: en el año 1973 la deuda externa uruguaya era equivalente a un 25 % del PBI y en el año 1984 la deuda externa había ascendido al 90 % del PBI.

En síntesis, el modelo económico que se impuso por la fuerza durante la dictadura fue profundamente antipopular y antinacional. Contra ello dio batalla nuestro pueblo, desde un primer momento con la Huelga General.

Las razones del golpe también se encuentran en la necesidad de cortar el proceso de acumulación de las fuerzas del pueblo uruguayo, la unidad de los trabajadores en la CNT, la unidad de la izquierda sin exclusiones en el Frente Amplio, así como frenar las propuestas programáticas que nacidas del Congreso del Pueblo se enfrentaban con el modelo económico de la "rosca" que fue llevado adelante, posteriormente, por la dictadura.

Y finalmente, no se pueden entender las razones del golpe, si a los intereses vernáculo, no le sumamos un contexto regional. Y hay que hablar claramente de la injerencia de Estados Unidos, que con el ejemplo de la Revolución cubana y también por la esperanza que significaba la Chile de Salvador Allende, veía amenazados sus intereses y su histórica estrategia continental de dominación.

Estas fueron las razones del golpe de Estado, aunque hoy se busque construir relatos interesados como la teoría de los dos demonios para lavar responsabilidades históricas.

El golpe que inició la dictadura terrorista, abierta del capital financiero y la oligarquía y su imbricación orgánica con el imperialismo y de la utilización del terrorismo de Estado como herramienta privilegiada de dominación, con un plan sistemático de espionaje, vigilancia, tortura, cárcel, asesinato y desaparición contra toda la sociedad, contra el movimiento popular, en especial el movimiento sindical y la izquierda. Por eso el golpe y las dictaduras son fascistas.

Todo esto fue lo que enfrentó la Huelga General.

Golpe y respuesta de miles de trabajadoras y trabajadores organizados con la Huelga General son dos hechos que van indisolublemente unidos y la Huelga General es de una relevancia histórica fundamental; por eso el 27 de junio, y no otras fechas, es, oficialmente el "Día de la resistencia y la defensa de la democracia".

Antes de la fundación de la CNT, en 1964, ante el golpe en Brasil, el movimiento sindical uruguayo resolvió que respondería con una Huelga General a un golpe de Estado.

(Siendo la hora 22:28 minutos ocupa la presidencia el señor edil Darwin Correa).

Y así fue: en la madrugada del 27 de junio, con tanques y tropas desplegadas en las calles, la CNT lanza la consigna de la Huelga General con ocupación de lugares de trabajo. Miles de trabajadores ocuparon en defensa de la democracia y la libertad. Los estudiantes ocuparon también las facultades y se sumaron los estudiantes de Secundaria, UTU y UdelaR apoyando la huelga, también el Sindicato Médico del Uruguay.

Miles de hombres y mujeres, de muchachas y muchachos, escribieron una de las páginas más hermosas de la historia nacional. La Huelga General, huelga política, acción masiva organizada, acción independiente de la clase obrera y el movimiento popular en defensa de la libertad y la democracia, de una perspectiva de independencia y emancipación social, solo resiste comparación con el Éxodo del Pueblo Oriental, pues tiene las mismas raíces artiguistas.

Los 15 días de Huelga General son un ejemplo, cientos de personas fueron apaleadas y detenidas. Los estudiantes pagaron con sangre su compromiso democrático: durante la huelga fueron asesinados Ramón Peré y Walter Medina. La dictadura respondió con la ilegalización de la CNT y la orden de captura para toda su Dirección.

Es cierto que la Huelga General no logró frenar la instalación de la dictadura, pero sin Huelga General la resistencia permanente de 11 años hubiera sido imposible o mucho más difícil.

No habrían sido posibles el "No" del 80, el 1° de Mayo de 1983, el Obelisco y la ofensiva de masas que derrotó a la dictadura. (cg)

Presidente, con la emoción y la responsabilidad que implica ocupar la banca de Gelós Bonilla, dirigente sindical y edil de la 1001 en esta misma Junta, a quien en este momento recordamos y en su nombre a todas y todos los desaparecidos por el terrorismo de Estado, por quienes exigimos verdad y justicia, vamos a recordar las palabras del senador Enrique Rodríguez en su histórico discurso en la última sesión del Parlamento: "Cuando otros tiemblen, cuando otros duden, cuando otros se entreveren en las alternativas aciagas que nos tocará vivir en el futuro, nadie tenga dudas de que donde esté la clase obrera, donde estén los representantes de esa clase, donde estén los representantes de las clases revolucionarias que se han unido para salvar al país definitivamente de las garras del imperialismo y del latifundio, esas fuerzas no fallarán y siempre estarán ocupando su lugar."

¡Y no fallaron! ¡Viva la Huelga General! ¡Nunca más terrorismo de Estado! Salú.

(Aplausos).

EDILA JAURENA (Beatriz).- Apareció un cuerpo. La angustia estalla en el pecho y el llanto escapa. Aunque aún no sabemos quién es, miro detenidamente la foto de papá y pregunto: "¿Eres tú?" 46 años después, sigo preguntándome: "¿Eres tú, papá?"

Estas fueron las palabras de Karina Tassino en el acto de reconocimiento del Estado por su responsabilidad en los asesinatos de las Muchachas de Abril y la desaparición forzada de Luis Eduardo González y Oscar Tassino.

Hace 50 años, las Cámaras se disolvieron, comenzaba el golpe de Estado civil-militar. La ruptura institucional de 1973 no fue repentina, sino que fue precedida por años de crisis gradual del sistema político respaldado por una base social conservadora que favoreció el avance autoritario. La implementación de las medidas prontas de seguridad se convirtió en una herramienta de represión creciente contra las manifestaciones sociales de trabajadores y estudiantes.

En ese momento, el presidente electo, miembro del Partido Colorado, Juan María Bordaberry, disolvió el Parlamento con el apoyo de las fuerzas militares y policiales. La lucha contra la subversión se organizó como un proyecto autoritario de control policial-militar sobre cualquier espacio o colectivo percibido como enemigo del régimen. Esta visión, basada en la doctrina de la seguridad nacional, se consolidó a través de un programa moralizador y criminalizador de la disidencia social y política.

Esta doctrina fue la base de la coordinación represiva regional conocida como Plan Cóndor, que permitió la persecución política y el traslado clandestino de personas a través de las fronteras de varios países de la región.

A la prisión prolongada y a la tortura como forma de sometimiento le siguió la muerte, y cuando eso no fue suficiente, llegó la desaparición forzada. El otro no tenía que existir, y más aún, nunca había existido; también fueron por los niños y niñas, separándolos de sus familias y entregándolos a sus victimarios.

Poco se habla de los delitos económicos y las luchas internas dentro del Ejército por el poder entre sus mandos. Hubo una gigantesca incautación de la riqueza nacional y una redistribución absolutamente desigual e injusta, con la complicidad de empresas y grupos económicos para el enriquecimiento mutuo, incluyendo capitales privados y grupos inversores extranjeros.

La respuesta al golpe de Estado desde el movimiento de los trabajadores y los estudiantes fue inmediata. La Huelga General, expresión incuestionable del compromiso del campo popular con la democracia, duró 15 días, durante los cuales la clase obrera dio enormes demostraciones de valentía y disposición a la lucha.

La dictadura civil militar cayó en 1985 gracias a la lucha del pueblo, pero hoy seguimos sufriendo sus consecuencias; la búsqueda de la verdad ya lleva muchos años.

Hoy aparecen colgados en las redes miles de archivos, muestra de la barbarie y el control a la población, archivos que se extienden hasta por lo menos el año 2004 y dan cuenta que Inteligencia siguió operando aun en democracia.

Se encontró un cuerpo en el Batallón Nº 14 que se ha convertido en un cementerio; solo han aparecido 7 de los 297 desaparecidos.

A 50 años del golpe de Estado y más de 35 de la reorganización democrática y de la alternancia de partidos en el poder, la identificación exhaustiva y sistemática de los lugares donde se materializó la represión, la verdad sobre los crímenes de lesa humanidad y la necesidad de avanzar en el juzgamiento de sus responsables quedan siendo temas pendientes. La reparación del Estado es fundamental para que se pueda abordar el daño infringido.

Es en este momento que debemos pensar juntos si son necesarias las Fuerzas Armadas, y de serlo así, cuál sería su rol en un país como el nuestro. (a.f.r.)

Reafirmamos nuestro compromiso con la construcción democrática y con su profundización, nuestro compromiso con la verdad y la justicia.

¡Viva la democracia! Terrorismo de Estado nunca más.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señora edil.

Continúa en el uso de la palabra el edil César López. Adelante, señor edil.

EDIL LÓPEZ (César).- Muchas gracias, señor presidente. Autoridades y público presente, muy buenas noches.

El golpe de Estado perpetrado hace 50 años, aquel 27 de junio de 1973 y la dictadura cívico-militar instaurada luego durante 12 oscuros años, pretendió silenciar y amedrentar a la sociedad uruguaya, a los movimientos sindicales, a los partidos políticos. El golpe se da, justamente, atentando contra los representantes del pueblo y es que con el triste decreto N° 464/973 de Juan María Bordaberry, el enemigo del pueblo, disuelve las Cámaras.

A partir de ese momento se escriben las páginas más oscuras de nuestra historia: suspensión del Estado de derecho, comienzan las torturas, las desapariciones forzadas, los exilios, la clasificación de los ciudadanos, la censura a la prensa, la prohibición a los partidos políticos, la persecución a los sindicatos y los encarcelamientos ilegales. Las traiciones cometidas contra el Uruguay y contra nuestros ciudadanos son imperdonables, imperdonables e imprescriptibles, y con dolor debo decir hoy que para muchos aún no hubo justicia ni responsabilidad ante la historia. Muchas mujeres y muchos hombres dieron y entregaron sus vidas en la lucha por la democracia, la más justa de las causas y a muchos aún los estamos buscando, y es en esta sangre vertida que está la fuerza de nuestra democracia que nunca le ha fallado a las causas populares.

No pretendo ser repetitivo en torno a la historia y a los hechos acontecidos y ya nombrados en esta sala; me voy a permitir aportar una reflexión y decir que hoy apenas el 22 % de los ciudadanos cree en los partidos políticos como instituciones, apenas uno de cada cinco ciudadanos en Uruguay entiende que los partidos políticos son instituciones confiables; esto, en una de las mejores democracias del mundo, como lo es la democracia uruguaya.

¿Dónde están hoy los enemigos del pueblo? ¿Quiénes atentan hoy contra nuestra democracia? Quienes tenemos el honor y principalmente la responsabilidad de ocupar espacios políticos, debemos ser los primeros y eternos vigilantes de nuestro pueblo, de nuestras instituciones y de nuestro sistema político. En la vida política y en la vida pública no vale todo, no vale todo para obtener rédito político. Que mezquina el alma y la voluntad que se guía por el beneficio político y electoral por sobre el cumplimiento de su obligación inexorable de cuidar y proteger las instituciones y la ley. No existe democracia sin partidos políticos, ni existen partidos políticos si no hay democracia.

El compromiso del respeto, de la diversidad de ideas, del republicanismo es esencial para nuestro sistema político y para salvaguardar nuestras instituciones; ese compromiso es el de la defensa constante de las libertades y de nuestra democracia. Así como decía Wilson Ferreira que la libertad nunca está completamente conquistada y que por ella la lucha comienza todos los días, tampoco está completamente asegurado el sistema democrático, por ende, todos los días comienza nuestra batalla en su defensa, que es además la defensa del país.

Estamos convencidos de que nuestras convicciones actuales serán los pilares para salvaguardar la democracia en los años venideros. Como defensores de las leyes, hoy a 50 años del golpe de Estado, decimos ¡nunca más! ¡Nunca más dictadura! ¡Nunca más terrorismo de Estado! ¡Viva la república!

Muchas gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tiene la palabra un señor edil de la Lista 77. (g.t.d)

EDIL DUCLOSSON (Sergio).- Gracias, señor presidente, gracias ediles.

Le damos la bienvenida a quienes nos acompañan desde las barras, autoridades.

El golpe de Estado no fue en 1973, el golpe de Estado comenzó en 1961, después de la muerte de Gestido ‒que gobernó del 1º de marzo hasta diciembre‒ que murió de un infarto. Luego de esto ingresó en la presidencia Pacheco Areco y ahí arrancó verdaderamente la dictadura, porque Pacheco Areco gobernó todo su mandato con medidas prontas de seguridad, hasta que llegó un proceso donde sí se oficializó ese golpe de Estado, con un pacto y una vendida de la democracia de Juan María Bordaberry, en complicidad con militares y también con civiles.

No nos tenemos que olvidar que también se rompió la institucionalidad en todas las Juntas Departamentales, en las 19 Juntas Departamentales del país y también se perdieron compañeros ediles como Gelós Bonilla, que hasta hoy no sabemos dónde está.

También hubo civiles muy comprometidos con la dictadura porque cuando se suprimen las Juntas Departamentales entran los consejeros de Estado que eran civiles pertenecientes a nuestra sociedad ‒en la cual hasta hoy convivimos‒, pero que pasada la dictadura se sacan un poco el lazo, pero también estuvieron comprometidos y de acuerdo con la dictadura, porque si no, yo no iba a aceptar ser consejero de Estado en un Estado donde faltaba el derecho y la constitucionalidad.

Siempre digo que para defender a la democracia no hay nada mejor que la apertura, el respeto, la tolerancia; son muy lindas estas palabras, pero hay que ejercerlas día a día. Ser tolerante con el otro, saber escucharnos, saber debatir ideas con total respeto y tolerancia y no meter pechera porque se es mayoría absoluta, porque eso es circunstancial, un día unos son mayoría absoluta, otro día son otros, esto es una rueda; pero lo que nos vamos a llevar y lo mejor es la tolerancia y el respeto hacia nosotros, porque la falta de respeto entre nosotros es nuevamente un llamado a los golpes de Estado, porque así comienzan, con la intolerancia.

Después está aquello de los dos demonios, de la guerrilla, que no sé qué, que no sé cuánto. ¿No creen ustedes que a un país de 3.500.000 de habitantes, un poder militar ayudado por Estados Unidos y por toda la región ‒que estaba en el mismo camino que Uruguay‒ no lo hubiera aniquilado enseguida? Sí, señor; lo aniquilaron enseguida, el resto era un pretexto para seguir en el poder.

En el año 1976 estuve en Buenos Aires y pude compartir muchas cosas ‒era un gurí de 18 años‒ con Wilson y con otros tantos y a pesar de mi edad me daban espacio para poder conversar.

Había compañeros que allá por el año..., el mismo año quizás... Algunos tuvieron suerte y volvieron, pero los traían de Buenos Aires y los plantaban de vuelta en Uruguay, hacían allanamientos truchos, sacaban los comunicados y eran los mismos que habían traído de Buenos Aires para plantarlos de vuelta en Uruguay, para justificar que seguían células ‒decían ellos‒ guerrilleras en nuestro territorio. Esas células ya no existían, esas células fueron aniquiladas.

¿Cómo me van a hablar de los dos demonios si estando encapuchados, atados y desnudos se los violaba y se los torturaba? (m.g.g.)

A mí me gustaría saber, si es que existen esos dos demonios, cuántos desaparecidos hay del otro lado del mostrador. Me gustaría que alguien me contestara eso: cuántos desaparecidos hay.

Las muertes no son más valiosas ni de un lado ni del otro. Simplemente, en ese conflicto hubo familias que pudieron velar y enterrar a sus seres queridos, que también lo lamento, pero de este lado todavía estamos esperando poder saber el destino de nuestros desaparecidos.

Seguro que hay que contar la historia como es, pero hay que contarla bien, diciendo que fueron delincuentes, asesinos, porque esa es la palabra. No nos guardemos nada: fueron asesinos que se aprovechaban de personas atadas, encapuchadas para violarlas y llevar acabo esos excesos; y no son tan valientes, en el mano a mano no entraban porque eran cobardes.

Entonces, señor presidente, si habrá que cuidar esta democracia, sobre todo los jóvenes, que son los que nos van a suceder y a seguir con esto. Hay que ser tolerantes. En todas nuestras familias habemos de todos los partidos ‒en todas‒ y, sin embargo, podemos compartir una mesa y convivir todos. ¿Por qué no lo podemos hacer en un ámbito como este? Después de que acá se apagan las cámaras, en las Comisiones se trabaja muy bien ‒en algunos lugares menos y en otros más, pero relativamente se trabaja bien‒, pero parece que cuando las prenden todos queremos boquillear y demostrar que somos mejores que el otro.

Gracias a los trabajadores y a los estudiantes que pusieron el pecho a las balas hoy podemos estar hablando de esos nefastos días, 26 y 27 de junio de 1973. Así que, trabajadores y estudiantes: siempre juntos y adelante.

Gracias, señor presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tiene la palabra el señor edil Javier Sena.

EDIL SENA (Javier).- Gracias, presidente.

Señores ediles, un día como hoy, hace 50 años, se formalizó el golpe de Estado.

Esto comenzó a principios de los años 60, con los actores políticos del momento díscolos entre sí y con el deterioro de la democracia con el presidente Pacheco al frente del Gobierno, quien fue electo democráticamente pero con varios vicios antidemocráticos. De un lado, la intolerancia de los actores políticos con la sociedad, la falta de dialogo y la falta de respeto por las instituciones, esto por el propio Estado; del otro, las llamadas revoluciones que, más que propiciar ideales y propuestas, llevaron violencia y más violencia. Luego vienen las elecciones en 1971 con un fraude al Partido Nacional, que encabezaba nuestro líder Wilson Ferreira Aldunate.

Queremos dejar en claro nuestra posición y pensamiento, presidente: somos nacionalistas, blancos, y no tenemos nada de izquierda ni de derecha. Los extremos, al fin, son lo mismo, siempre son la misma cosa, y las puntas, como siempre, se juntan, para tomar el poder e instaurar las dictaduras de izquierda o de derecha.

La historia hay que contarla en su totalidad, señor presidente. Hoy tenemos una izquierda hemipléjica que solo ve una parte, y las derechas extremas ven lo mismo.

Para que en Uruguay tengamos democracia permanente debemos tener instituciones fuertes, respeto por los derechos humanos, respeto por las posiciones políticas opuestas a las de cada uno; y lo fundamental es tener libertad, más y más libertad. (m.r.c.)

Hoy los que se arrogan el decir de que solo una parte tiene razón desconocen los hechos, la historia y la actual realidad.

Señores, en esos años murió mucha gente inocente por estar en ese lugar y al mismo instante que grupos insurrectos, con premeditación o no, irrumpieron con violencia, y se perdieron vidas que no tenían nada que ver. Y por parte del Estado, las personas por pensar distinto, por volantear o por expresar sus ideas y sus pensamientos, fueron presas, violentadas y asesinadas.

Por eso decimos, presidente, que hay que contar toda la verdad, sin sesgos ni cortapisas. Si no, las futuras generaciones no sabrán la verdad y la realidad.

Y como siempre pensamos y lo reiteramos hoy, presidente, se debería hacer una declaración, un homenaje en conjunto entre los dos bandos o entre las dos partes, Estado y guerrilleros, para dar fin a estas dos posiciones.

Presidente, como dije anteriormente, podría hablar varias horas, pero solo quiero decir mi verdad, mi pensamiento, con libertad, en democracia, respetando las instituciones como hago a diario. “Con libertad no ofendo ni temo”.

Gracias presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Tienen la palabra ediles del sector del MPP.

También coordinamos que se va a dividir el tiempo entre el MPP y la Lista 738, para que sea más prolijo.

Tienen la palabra, como decíamos, ediles del MPP. Adelante.

EDILA COSTA (Adriana).- Buenas noches.

Antes, me gustaría aclarar que es el Espacio 609 donde habemos ediles y edilas de distintos sectores.

PRESIDENTE.- Gracias por la aclaración. Eso fue lo que nos pasó la Coordinación.

EDILA COSTA (Adriana).- Lo aclaro para que se sepa.

Señor presidente, autoridades presentes, señor diputado Antonini, compañeras edilas, compañeros ediles, público presente, prensa en general.

El 27 de junio de 1973 yo tenía 7 años, vivía en Montevideo, en La Blanqueada, iba a un colegio de la zona. Todas teníamos orden de nuestros padres de no irnos de la escuela con nadie. En aquel momento el miedo era a que alguien extraño te llevara.

Recuerdo que un día golpearon la puerta de mi casa, estábamos mi hermano, mi madre y yo; eran militares con armas que pidieron revisar la casa y mi madre asustada los dejó pasar. Entraron varios, revisaron todo: abrieron puertas de roperos, placares y el botiquín del baño. Recuerdo que tenía miedo de aquellos hombres, que parecían tantos y tan grandes, en mi casa tan chica.

Mis padres y mis abuelos eran inmigrantes, mi abuelo se vino a Uruguay porque en España gobernaba Franco. No necesito explicar nada más.

Recuerdo los comunicados con fotos en la televisión, con aquella marcha militar. Recuerdo que mi tío, español también, se fue del país con otro amigo italiano; ambos tenían 18 años. Se fueron porque iban al Liceo 8, en la Unión, y una noche sí y otra también los militares se llevaban a algún o alguna estudiante, y cuando volvían, algunos golpeados, contaban cosas terribles. Otros no volvieron. Esto lo supe más adelante, de más grande.

En mi adolescencia vivíamos en Malvín, los miedos eran los mismos: no podía salir sin cédula y siempre tenía que estar en casa temprano. Obvio que salía y no entendía por qué mis padres se enojaban conmigo cuando llegaba muy tarde.

En 1984 entré a la facultad y a entendí todo. Entendí por qué, cuando era chica, el padre de unas amigas no vivía con ellas y venía a visitarlas de noche a veces; entendí por qué en el barrio susurraban en el almacén para comentar que había venido y estaba bien, entendí por qué mis padres la pasaban mal cuando yo salía con mis amigas, entendí por qué mi tío se fue del país. Supe que mi vecino pudo volver a su casa y que otras y otros nunca volvieron.

Cada uno, cada una, tiene sus recuerdos de ese día y de ese tiempo. Hoy estamos acá para recordar lo que no queremos que pase más en nuestro país ni en ningún rincón del mundo. No queremos que las personas vivan con miedo, no queremos que se recorten derechos ni libertades, no queremos que unos pocos se sientan con el derecho de violentar a los pueblos. (k.f.)

Milito en varios colectivos, uno de ellos es la Unidad Temática de las Ciudadanas, allí muchas compañeras recordaron sus vivencias y con su permiso les voy a compartir algunas.

“Tenía 7 años, era invierno, el cielo estaba gris con nubes negras, recuerdo un uniformado a caballo, esa imagen era de temer, se me venía encima el caballo. No recuerdo cómo alguien me rescató… después supe que fue más de una vez que entraron a mi casa que en una pared estaba pintada con una F arriba de una A. Recuerdo que la pintaron intentando taparla. Para mí se veía que estaba detrás, escondida, esa F grande arriba de la A”.

Otra compañera contaba que estaba haciendo 2º año de Magisterio. Cruzó la Plaza San Fernando de Maldonado por la diagonal habitual. Cuando iba a cruzar la calle frente al cuartel ‒ahora Paseo de San Fernando‒, vio que bajaban soldados de cinco camiones estridentes, verdes, sucios de barro. “No sabía qué hacer, si seguir o volverme a mi casa. Me animé y seguí hacia el Instituto, que estaba a 1 cuadra. Ahí un compañero ‒que luego de añares, ya en democracia, fue mi colega‒ me dijo: 'Volvete, los milicos se metieron y se llevaron a Renée' ‒que era la directora‒. Quedé helada, parada en una esquina, arrollé mi túnica de practicante y volví a casa por otro camino, esquivando la iglesia del obispo Corso y la plaza. Tenía 18 años. Desde ese momento traté de ser anónima, invisible, y empezó la tristeza, la búsqueda de explicaciones que nadie me daba. Había empezado el horror”.

Dejé para lo último uno de los que más me impresionó. Es de alguien conocido y decía: “Yo estaba allí esa noche. Salimos por la puerta de General Flores y ellos entraban por Avenida Libertador. Hoy aún lo tengo absolutamente vívido. Tenía 27 años. Cuando salía juré que en tanto hubiera dictadura no iba a volver a entrar. Cumplí, en febrero del 85 entré por el mismo lugar que había salido, ya dentro me arrodillé y le di un beso al suelo”. Esas son algunas de las voces de las mujeres que vivieron esa historia.

Los primeros días de junio se encontraron restos óseos en el Batallón Nº 14, hoy sabemos que son de una compañera, una compañera que especialmente hoy será recordada. Hoy se inauguró en Montevideo el Memorial en reconocimiento a las expresas políticas, esas a las que el Estado encerró, torturó y a muchas desapareció. Una compañera decía: “Que las palabras circulen a través de los recuerdos, porque es de la historia y la historia es del pueblo”.

(Aplausos).

EDILA GÓMEZ (Karina).- Para imponer un nuevo modelo económico y social, la dictadura necesitaba destruir aquellas prácticas que no estaban en consonancia con sus propósitos. Esto implicó, por ejemplo, la lucha contra todos aquellos que pudieran convertirse en potenciales enemigos para la consecución de estos objetivos que, en la educación secundaria, por ejemplo, trascendían el cambio de programas, la prescripción de nuevos contenidos, la censura de libros, la destitución docente, la infiltración, la cultura de la delación.

“El Gobierno de la dictadura necesitó construir enemigos potenciales para justificar su intervención en las instituciones educativas”, dice Natalia Vitalis. Las fuerzas armadas pretenderán, a partir de 1973, constituirse en el principal educador del pueblo y justificarán su accionar dentro del sistema de enseñanza secundaria a través del postulado del logro de una educación integral que intentará abarcar todos los aspectos de la personalidad de los jóvenes, pretendiendo regular la vida institucional de estudiantes y de docentes, confundiendo los ámbitos público y privado.

Los libros y textos se constituyen en potenciales enemigos del régimen. Es imposible abarcar la amplitud bibliográfica, por ejemplo, objetivo de estudio, y calificarla ideológicamente. Son difícil de cuantificar las obras de uso docente y para alumnos de todas las materias en español y en lenguas extranjeras, la cultura liceal misma, porque el enemigo podía estar en cualquier parte, ese enemigo que justificaría el estricto control de la bibliografía existente en la cultura en sí misma, en la libertad de leer, de escribir, de decir, de pensar y hasta de sentir. (a.g.b.)

Como forma de implementar ese sistema de censura y control bibliográfico se crea en el año 1973 la Comisión Asesora de la Biblioteca Central y, luego, en 1975, la Comisión Asesora de Libros y Textos, abarcando el control de libros de todas las dependencias del Consejo de Educación Secundaria.

La Comisión usó términos tales como “no autorizar”, “no aconsejar”, “retirar”, para indicar los textos que no debían ser usados por los docentes ni tampoco por los alumnos y que de ninguna manera deberían seguir formando parte de las bibliotecas liceales.

Se impuso la autocensura. Los profesores solo usaron aquellos libros y textos que estaban permitidos, autorizados o aconsejados; no solo dejaron de utilizar los no recomendados sino también los que eran objeto de duda y fue por temor. Se ocultaron libros, se destruyeron textos y algunos profesores muy audaces continuaron usando aquellos a los que estaban acostumbrados pero los forraron ocultando sus autores y no expresaron en la documentación –que pedían las inspecciones docentes– las autorías.

La intervención en la educación de las fuerzas armadas quedó totalmente de manifiesto con las medidas adoptadas frente al otro enemigo materializado, que era el docente mismo.

Los sumarios con separación del cargo con o sin goce de sueldo, con o sin derechos jubilatorios fueron una de las primeras medidas que iban a continuar con intensidad; ya venía a partir del año 1970 y se intensificó a partir del golpe de Estado.

Tener una actividad gremial, previa a la dictadura, era motivo de ser sumariado y separado del cargo. Haber sigo delegado partidario en las mesas electorales de 1971 y permanecer en aquellos registros, era motivo de ser sumariado, perseguido y quitado del cargo.

De la misma manera que fue necesario para el régimen crear sus propios enemigos dentro de la educación, para respaldar ese control que ejerció de forma desmedida, fue necesario crear reglamentaciones y mecanismos que justificaron causales de destitución, de expulsión y de persecución que generaron tanto miedo, tanto terror en las familias docentes tan ambiguas que casi cualquier actividad podía convertirse en una causa para expulsar al trabajador de la educación, y, por lo tanto, cualquier actividad justificaba el poder la autoridad y el control sobre lo que se decía, sobre lo que se hacía, sobre lo que se leía, se escribiera o se pensara. Y querían controlar lo que se sentía. ¡Nunca más!

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Tiene la palabra el edil González Evora.

EDIL GONZÁLEZ EVORA (Marcelo).- Buenas noches, señoras edilas, señores ediles, autoridades presentes y público en las barras.

Pertenezco a una generación que formó sus valores democráticos al término de la dictadura. Tengo 51 años, nací en 1972, cuando el golpe de Estado a gatas tenía 1 año. Pero voy a hablar de las personas que rodearon mi vida, de mis afectos, que no necesariamente eran frenteamplistas como yo soy hoy.

En aquel momento una joven pareja –mis padres– quedó sin trabajo y pasó a formar parte de una masa de ciudadanas y ciudadanos que estaban calificados como de clase A, B y C. En ese marco formaron sus familias, en ese marco –sin ser víctimas ni victimarios– fueron parte de un proceso que intentó desarmar no solo el entramado social y cultural de nuestro país: intentó –y lo logró con éxito– intervenir a las familias y generar desde ellas el miedo a la autoridad con imposición y con determinación.

Ya varias compañeras edilas y compañeros ediles han hablado del proceso histórico del golpe. El golpe no nació, como dijeron varias compañeras y compañeros, el día que se formalizó social y políticamente; el golpe fue cívico en todo su concepto.

El golpe de Estado y la dictadura generaron el rechazo a las Fuerzas Armadas y a todo lo que fue la fuerza institucional. (cg)

Hasta antes del golpe las fuerzas de seguridad del Estado eran parte del órgano de la democracia. ¿Por qué repito esto? ¿Por qué traigo esto a colación? Porque todos aquellos que transitamos nuestra adolescencia a fines de la década de los 80 fuimos parte del proceso fermental de la nueva construcción de la democracia, una democracia que aun hoy vemos tutelada, cuando hace poco tiempo nos enteramos ‒por más que muchas compañeras y compañeros y vecinas y vecinos sabían que eran parte de ese proceso‒ del seguimiento de Inteligencia nacional, un organismo del Estado que en democracia seguía y perfilaba a vecinas y vecinos.

En ese marco crecimos, en ese marco leímos muchas veces las palabras de un Allende cuando Chile caía, porque esto no fue solo un proceso nacional, fue un proceso latinoamericano fomentado por Gobiernos extranjeros y por economías extranjeras.

Ser joven y no ser revolucionario era casi una contradicción biológica; en ese marco nos criamos y en ese marco decimos que hoy podemos estar acá en función de una herramienta fundamental que es la fraternalización aun en conflicto de ideas, el ser fraternos aun en nuestras convicciones ideológicas en el momento de expresar nuestras ideas, y eso es lo que queremos resaltar.

Más allá, hay 290 compatriotas, hombres y mujeres, que hoy no sabemos dónde están. Hay 290 madres, 290 hermanas que no han podido velar los restos de sus familiares. En esa construcción estamos, hemos avanzado muchísimo, pero el peligro de la dictadura sigue estando siempre presente, ya que cuando nos ofuscamos y a veces intentamos desde las mayorías establecer nuestro criterio con prepotencia y con subordinación a los intereses mezquinos de la especulación financiera, corremos el riesgo de volver a repetirlo.

(Aviso de tiempo).

¡Nunca más dictadura, nunca más terrorismo de Estado! ¡Por nunca más y justicia!

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tiene la palabra el señor edil Ronald Martínez.

Adelante, señor edil.

EDIL MARTÍNEZ (Ronald).- Gracias, señor presidente.

Primero que nada quiero agradecer a las autoridades departamentales, a los representantes nacionales por el departamento, y a los ciudadanos en general que hoy están presentes.

Hoy se cumple medio siglo de la funesta madrugada en que las Fuerzas Armadas irrumpieron en el Palacio Legislativo.

En acuerdo con la cúpula militar, Juan María Bordaberry disolvió las Cámaras traicionando su juramento presidencial de fidelidad a la Constitución. Esa noche le habló al país y dijo: "Este paso que hemos tenido que dar no conduce y no va a limitar las libertades ni los derechos de la persona humana".

Fue falso: lo desmintieron los hechos. Más aún, la afirmación nació desmentida; horas antes de proferirla el novel dictador, en su Decreto Nº 464/1973 de abolición del Poder Legislativo, en el artículo 3º incluyó este primor: "Prohíbese la divulgación por la prensa oral, escrita o televisada de todo tipo de información, comentario o grabación que, directa o indirectamente, mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente decreto, atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo."

Como ya se ha dicho en este plenario, no es posible entender el golpe de Estado de junio de 1973 sin profundizar en lo que pasó en febrero. A principios de febrero de 1973 en Uruguay se concretaba lo que muchos entienden fue el verdadero golpe de Estado. El 9 y el 10 de febrero de aquel año, el Ejército y la Fuerza Aérea divulgaban por cadena de radio y televisión los comunicados 4 y 7, con los cuales por un lado justificaban su rechazo al nombramiento del general Antonio Franchese como ministro de Defensa Nacional y por otro daban a conocer su opinión política sobre la situación del país y hacían una serie de propuestas desmedidas que el Gobierno debería aplicar en diversas áreas. (a.f.r.)

Tomando como referencia el libro El Pecado Original del periodista Alfonso Lessa, que trae además de documentación histórica, testimonios de actores de la época, podemos deducir que la institucionalidad estaba bastante menospreciada por aquella época.

Fue una parálisis absoluta del sistema político ya que el Parlamento no se reunió y cada partido tuvo una actitud distinta. No hubo una estrategia común, hubo actitudes incluso divergentes; no solo no hubo una actitud común sino que hubo actitudes que fueron absolutamente opuestas. El propio Wilson habló con un grupo de militares de la Armada para llamar a nuevas elecciones a corto plazo con balotaje. Si se llamaba a elecciones no iba a haber problemas, pero eso no estaba dentro de la Constitución. Sanguinetti ‒que negaba haber pedido la renuncia de Bordaberry aunque Bordaberry dijo que sí‒ y la Lista 15 tuvieron una estrategia; el pachequismo estuvo dividido. El resultado de todo eso fue que nadie hizo nada. Bordaberry convocó a la gente a la plaza Independencia y no fue nadie.

El Frente como tal no tuvo una postura, pero sí los sectores ampliamente mayoritarios y hegemónicos como el Partido Comunista del Uruguay, apoyaron con una energía y un fervor muy grande en los editoriales de El Popular, y el Partido Demócrata Cristiano, también con un nivel de apoyo sorprendente... Capaz que hoy no se aprecia a este sector con la importancia que tiene, pero en ese entonces era el segundo más votado del Frente Amplio.

El Partido Comunista del Uruguay tenía una mayoría hegemónica porque también manejaba ampliamente a la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). Y después estuvo también en una línea de apoyo la mayoría del Partido Socialista, con alguna gente adentro que se opuso, como Gargano y José Díaz, pero el Partido Socialista también estuvo allí entusiasmado.

El Partido Comunista alentaba una ruptura de las Fuerzas Armadas en Uruguay y el intento de llevar al Ejército, en particular, hacia un golpe de izquierda parecido al que había ocurrido en el Perú. Esto no fue acompañado por todos, está el relato de Luis Iguini, que fue un dirigente muy importante del Partido Comunista del Uruguay y de la CNT, él lo dice en el libro. Una frase citada reiteradamente en los editoriales de El Popular, en los pronunciamientos del Comité Central del Partido Comunista del Uruguay, en los órganos de dirección de este partido, incluso en los órganos de la propia CNT era: “Acá la división es entre oligarquía y pueblo, y el pueblo son todos, son las Fuerzas Armadas y estos militares también”. Por ejemplo, Vladimir Turiansky, un dirigente del Partido Comunista del Uruguay muy importante, dice: “En el Partido Comunista dijimos: si existen corrientes nacionalistas de las Fuerzas Armadas, alentémoslas”.

Cuentan algunos dirigentes ‒entre ellos Ruben Villaverde, otro importante dirigente del Partido Comunista‒ que este partido financió secretamente, ya después del golpe de Estado, un semanario que se llamaba 9 de Febrero, que era un semanario golpista del Goyo Álvarez. Hay personas que parece que estaban vinculadas a los dos lados, entre ellos Luis Michelini, un personaje que, según describe Romeo Pérez ‒que fue un importante dirigente del Partido Demócrata Cristiano‒, trabajaba en más de un servicio de inteligencia, trabajaba para el Partido Comunista, y estaba vinculado a la publicación 9 de Febrero.

Iguini ‒como ya expresé, perteneciente al Partido Comunista‒ fue un hombre crítico en este sentido. (g.t.d)

Decía cuál era la línea, textual, dice: “La línea era avanti, avanti, llenos siempre de ilusiones, de que iba a haber un cambio con la participación de los militares en el gobierno”.

También dice: “Había demasiadas expectativas y reuniones continuadas con los mandos”. La cantidad de contactos entre miembros de la izquierda, del sindicalismo y militares, aún después del golpe de Estado, bastante después del golpe de Estado, realmente sorprende.

Incluso hay un discurso de Rodney Arismendi, citado por Cores en un libro, un mes antes del golpe, en mayo, en el cual sigue alentando la expectativa respecto a los militares.

Esa cantidad de reuniones que hubo están relatadas ‒por ejemplo por Carlos Bouzas, exdirigente bancario‒ y muestra cuál era el panorama de confusión tremenda que había en aquel momento en todos los partidos.

Reuniones que el libro menciona y que los entrevistados detallan que llegaron a ocurrir después del propio golpe e incluso en las horas inmediatamente posteriores al golpe.

Cuando ya estaba declarada la Huelga General, dirigentes de la CNT y del Partido Comunista se reúnen, por ejemplo, con el ministro del Interior, Néstor Bolentini.

En una declaración de AEBU destaca que hubo reuniones de dirigentes con los comandantes golpistas, el vicealmirante Márquez, el general Álvarez, Pérez Caldas, con todos los comandantes que dieron el golpe de Estado.

Los editoriales del arquitecto Juan Pablo Terra, que era figura predominante del Partido Demócrata Cristiano, en el Diario Ahora, que era el diario del Partido Demócrata, les abrían una carta de crédito muy grande a los militares, decía que era un programa progresista interesante, allí también había un respaldo importante.

Se reunían con el coronel Trabal y analizaban la perspectiva de un gobierno no democrático. Romeo Pérez lo reconoce, dice: “Estábamos pensando en algo que no era totalmente constitucional, una revolución vicaria”. Lo dice con una perspectiva cristiana y dice que ellos los acercaban a Trabal el hecho de que este los respetaba más porque ellos eran antitupamaros. “Habíamos sido siempre antitupas, por lo cual teníamos un contacto más fluido con Trabal”.

(Aviso de tiempo).

Trabal se reunía también con la gente del Partido Comunista del Uruguay, se reunía, entre otros, con Jaime Pérez...

PRESIDENTE.- Redondeé, señor edil, tiene que redondear.

EDIL MARTÍNEZ (Roland).- Bien, redondeo entonces, señor presidente.

Me interesa más... Esta parte me gustaría que me la dejara terminar.

PRESIDENTE.- No redondeaba con todo eso que tiene ni en una semana...

(Hilaridad).

EDIL MARTÍNEZ (Roland).- Me complica la existencia, señor presidente.

Hoy vivimos en un Uruguay dividido y se reflexiona muy poco sobre ello; hoy tuvimos una prueba de eso.

La división interna del Uruguay de hoy tiene una raíz histórica, la del pasado reciente. Ese pasado ha quedado cronológicamente atrás, se acabó, pero no obstante aquel período violento sigue teniendo influencia, sigue pesando.

Los pueblos logran superar su pasado traumático cuando lo hacen historia, es decir, cuando lo examinan, lo discuten, lo ventilan y lo cuentan, pero cuando lo cuentan bien.

Algunas curiosidades o confirmaciones a lo que digo...

UN EDIL.- Presidente...

PRESIDENTE.- Señor edil, tiene que redondear, porque fue lo acordado y lo vamos a cumplir.

EDIL MARTÍNEZ (Roland).- Muy bien, señor.

Los ciudadanos uruguayos debemos alzar la mirada hacia adelante y resolver los problemas que le atañen a todos, sin dejar de mirar atrás, por supuesto, pero sin resentimientos y con tolerancia, por respeto a todas las víctimas de ese período funesto y en honor a quienes forjaron este país desde sus inicios y claro está, nunca más terrorismo de ningún tipo.

(Aplausos). (m.g.g.)

PRESIDENTE.- Muchas gracias, señor edil.

Vamos a darle la palabra al señor edil Carlos Stajano, pero antes queremos hacer un comentario: hemos notado que varios ediles se retiran luego de hacer uso de la palabra. Si hablamos de una noche en la que tenemos que escucharnos y en la que entre todos tenemos que compartir diferentes opiniones ‒aunque no nos gusten, aunque sean distintas‒, creo que es de tolerancia también que quien habló no se levante luego. Porque, si no, si tiene poco que escuchar del compañero… Me parece que esta noche el que habla se queda, aunque se vaya a dormir tarde, porque eso es respetar al compañero que habló.

Tiene la palabra el señor edil Stajano.

EDIL STAJANO (Carlos).- Gracias, señor presidente.

Como muchos ya dijeron, para que no se dé una dictadura hay que tener algo muy en claro: la tolerancia a otros que piensan distinto y el respeto a las mayorías electas. También una oposición responsable si se pierde en una elección y nunca querer tomar el poder por la fuerza.

Nada de eso ocurrió en nuestro país en esos años oscuros. Solo se profundizó una grieta dirigida y gestada en la Guerra Fría, es decir, desde afuera. Muchos aleccionaron guerrilleros, como los tupamaros, y también, del otro lado, Estados Unidos buscaba un apoyo de la parte social: ambos para lograr tener predominio en América Latina. Las dos cosas están mal. No había tolerancia con el que pensaba distinto, no se respetó lo que laudó la mayoría en las urnas, con una oposición irresponsable buscando la caída de un Gobierno legítimamente electo y paros todos los días. Este cóctel iba a terminar mal.

La guerrilla tupamara sí tuvo que ver: se levantó en armas contra un Gobierno legítimamente electo, guste o no guste. Esto ocurrió y debe figurar también en la peor historia de nuestro país. Que cada uno acepte sus errores para no volver a repetirlos; si no, nos estaríamos engañando. Por eso yo digo: ni guerrilla, ni golpe de Estado; son las dos malas.

Evidentemente, lo que ocurrió en nuestro país fue una división como nunca antes había habido; una división que vino desde afuera, por lo que ello resulta más que incompresible.

¿Sabe una cosa? A mí me tocó estar en esos momentos. Tenía 16 años, estaba en la clase de Ernesto Talvi y de Juan Miguel Petit. ¿Se acuerdan? Petit fue el que denunció el caso Roslik. Yo fui el que acompañó a Petit al Escuadrón de Cazadores del Ejército, donde mi amigo denunció todo esto, y no se sabía si íbamos a salir o no de ese lugar. Estas cosas no pueden pasar en este país. (m.r.c.)

Pero tampoco puede pasar lo que pasó en nuestra clase. En esa clase también estaba el hijo de Bordaberry, Pedro tenía 1 año menos que nosotros y Martín estaba en nuestra clase; ellos no tenían culpa de tener ese padre, pero lo sufrieron. ¿Cómo no lo iban a sufrir? Por ejemplo, ¿saben lo que es ir a una fiesta con ocho custodias? Quiero que piensen en qué presidente del Uruguay tenía ocho custodias. ¿Y saben por qué los tenían? Porque también estaban amenazados por esa guerrilla. Desgraciadamente, todos sufrimos.

Evidentemente, esto debe dejar una lección para que algo así no vuelva a ocurrir jamás. Toda esta locura que terminó en una dictadura es también culpa nuestra, es culpa de los que empezaron primero ‒y por eso hay que reconocer que empezaron primero‒ pero también de los que reprimieron en una forma desastrosa, buscando, ya no controlar algo, sino una venganza.

Espero que los archivos tan discutidos por muchos den luz sobre este asunto. Sabemos que en esos archivos hay mucha gente comprometida, porque dentro de las dos filas también hay traidores, entonces, ¿cómo van a mostrar los archivos? Esa sería la mejor manera de demostrar que ninguno de los dos grupos tenía razón, sino que los dos estaban equivocados.

Muchas gracias, señor presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Muy bien, señor edil, muchas gracias.

Continuando, tiene el uso de la palabra un edil ‒o los ediles que quieran‒ de la Lista 738. Adelante.

EDIL DELGADO (Leonardo).- Buenas noches, presidente, señores ediles, edilas.

Hoy es un día muy especial, estamos reunimos para recordar el golpe de Estado de 1973 y la necesidad inaplazable de continuar con la búsqueda de los desaparecidos.

Hace ya medio siglo nuestro país fue testigo de un oscuro capítulo de represión y violencia. Aquel fatídico golpe de Estado sumió a Uruguay en una dictadura militar que duraría poco más de una década. Durante esos años, miles de personas fueron detenidas, torturadas y desaparecidas por el régimen.

Hoy debemos recordar a aquellos hombres y mujeres valientes que lucharon por un Uruguay más justo y democrático, debemos honrar su memoria y continuar su legado, exigiendo verdad y justicia. No podemos olvidar a los desaparecidos, cuyas familias aún esperan respuestas y merecen conocer la verdad sobre su paradero. La búsqueda de los desaparecidos es un deber moral y ético que no puede ser ignorado. Cada vida que fue truncada merece ser encontrada.

Además, la búsqueda de la verdad y la justicia es fundamental para sanar las heridas de nuestra sociedad y construir un futuro en el que los derechos humanos sean respetados y protegidos, y donde no haya más dictadura y se respeten los derechos individuales de cada compatriota.

Es cierto que han pasado décadas desde aquellos días oscuros, pero el tiempo no debe ser una excusa para la inacción. No podemos permitir que la impunidad prevalezca y que los responsables de estos crímenes atroces permanezcan en la sombra. La verdad y la justicia deben prevalecer, sin importar cuánto tiempo haya transcurrido. (k.f.)

No podemos permitir que haya senadores de la república que aún sigan defendiendo el accionar militar. No podemos permitir que haya senadores de la república que se amparen en sus fueros para seguir ocultando la verdad.

Como ciudadanos comprometidos con la democracia y los derechos humanos, debemos alzar nuestras voces y exigir al Gobierno y a las instituciones pertinentes que se intensifiquen los esfuerzos en la búsqueda de los desaparecidos. Debemos presionar para que se esclarezcan los hechos, se juzgue a los responsables y se reparen las injusticias cometidas.

La búsqueda de los desaparecidos no solo es una responsabilidad del Estado, sino también de toda la sociedad. Es necesario fomentar la solidaridad, el apoyo y la empatía hacia las familias de los desaparecidos, quienes han sufrido durante demasiado tiempo la incertidumbre y el dolor de no saber qué es lo que ha sucedido con cada uno de sus seres queridos.

Uruguay es un país con una historia de lucha por la justicia y los derechos humanos. No podemos permitir que las sombras del pasado sigan oscureciendo nuestro presente y nuestro futuro. Debemos unirnos como sociedad y trabajar juntos para encontrar a los desaparecidos, para honrar su memoria y para asegurar que nunca más se repitan estos crímenes atroces.

En conclusión, señor presidente, señores ediles y edilas, es nuestra responsabilidad moral y ética continuar con la búsqueda de aquellos compatriotas que aún siguen desaparecidos, es nuestra responsabilidad moral y ética reclamar verdad y justicia. Juntos podemos construir un Uruguay en el que se haga justicia y se reparen las heridas del pasado. Sigamos luchando por un Uruguay sin desaparecidos. Sigamos luchando para que nunca más haya terrorismo de Estado.

Gracias, presidente.

(Aplausos).

EDIL VITALIS (Willliams).- El historiador francés Pierre Vilar dice que la memoria no registra, la memoria construye, la memoria es creación. La memoria está siempre en movimiento y siempre está en debate con otras creaciones de la memoria. Esto es lo que hace que un mismo hecho se interprete de diferente forma, según los intereses de quienes crean y recrean la memoria. El relato puede ser una malvada forma de olvido cuando se les quita a los actores sociales la posibilidad de narrarse a sí mismos. Por esta razón, esta intervención pretende ser un granito de arena para traer justicia a los héroes invisibles.

El 27 de junio, con el asalto al Parlamento por parte de los militares, culmina el proceso que desembocó en la dictadura cívico-militar más sangrienta que ha vivido nuestro Uruguay. En esta lucha de memorias se nos intenta hacer creer que hubo dos bandos y que los militares vinieron en auxilio del país contra la guerrilla. Es sabido que cuando los militares destruyen las instituciones, de esa guerrilla no quedaba nada porque había sido derrotada 1 año antes. A pesar de ello, se sigue repitiendo ‒tal como lo hacían los nazis‒ la mentira una y otra vez.

Ese día gris Bordaberry disuelve las cámaras y los militares rodean con tanques y asaltan el símbolo de la democracia, como es el Palacio Legislativo. Muchos senadores, ante lo inminente, alzan su voz en contra el despotismo.

De 1973 en adelante, los presos, los torturados, los desaparecidos, fueron compatriotas que pertenecieron a todos los partidos políticos, la mayoría de ellos con representación parlamentaria.

El 27 de junio, como respuesta al ataque contra la democracia, los trabajadores nucleados en la Central Única de Trabajadores, la CNT, resuelven iniciar la Huelga General con ocupación de los lugares de trabajo, en defensa de la democracia, contra la dictadura. La resolución se toma en condiciones de semiclandestinidad en el barrio La Teja, en la sede del Sindicato del Vidrio, donde hoy ensayan Los Diablos Verdes.

Desde ese momento, miles de héroes invisibles salieron con la única arma que tenían: su inquebrantable voluntad democrática, y ocuparon los centros de trabajo. Los militares desocupaban los centros de trabajo y, no bien se iban los tiranos, los trabajadores volvían a ocuparlos. Los trabajadores que ocupaban las fábricas recibieron el apoyo y la solidaridad de los vecinos y los estudiantes, que conseguían alimentos y todo lo necesario para que los luchadores resistieran todo el tiempo que fuera posible.

La Huelga General no fue un acto espontáneo. En 1964 se produjo el primer golpe de Estado de esa época sangrienta en Brasil y fue el primero de los golpes orquestados en el norte de América con la colaboración de los mandos militares, que, en la Escuela de las Américas, aprendían a torturar, preparándose para los sucesivos golpes ocurridos en el Cono Sur de nuestra América. (a.g.b.)

Los trabajadores que estaban organizados en distintas centrales sindicales acordaron que ante cualquier amenaza evidente contra la democracia responderían con la Huelga General.

9 años después honraron ese compromiso, resolvieron la huelga y la ocupación de los lugares de trabajo, no reivindicando esta vez aumento de salario ni fuentes de trabajo, sino, lisa y llanamente, libertad y democracia. Resistieron 15 días, hasta que entendieron que había que replegarse y dar la pelea desde los subterráneos de la libertad. De estos héroes poco se habla en las historias oficiales, pero su lucha hizo posible que la dictadura, a diferencia de la chilena, careciera de toda legitimidad.

Tampoco fue casualidad que 10 años después las nuevas generaciones de esos mismos trabajadores, un 1º de mayo de 1983, al que asistieron cientos de miles de compatriotas, levantaran las banderas que nadie se animaba a agitar públicamente: libertad, trabajo, salario y amnistía.

Dejo mi voz en homenaje a esos hombres y mujeres sencillos de nuestro pueblo que defendieron con su coraje la arremetida de los tiranos contra la democracia. Fueron ellos los que se plantaron diciendo: “Tiranos temblad”, fueron ellos los que, con su única arma, sus ideas y convicciones fueron expulsados, presos, salvajemente torturados y desaparecidos para que sus voces nunca más se escucharan.

Ellos son memoria y fueron semilla, y son presente en cada uno de los uruguayos que sentimos la democracia como parte inseparable de nuestras vidas.

¡Nunca más terrorismo de Estado en nuestro país!

Muchas gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

EDIL PERDOMO (Fernando).- Presidente…

PRESIDENTE.- Señor edil Perdomo.

EDIL PERDOMO (Fernando).- Presidente, es para pedir prórroga de hora por 1 hora.

PRESIDENTE.- Cómo no.

Estamos votando.

SE VOTA: unanimidad, 30 votos.

Prórroga de hora por 1 hora.

Para continuar en el uso de la palabra tengo anotado al señor edil Gonzalo Soria.

EDIL SORIA (Gonzalo).- Buenas noches para todos.

Hoy nos encontramos acá en un día trascendental para nuestro país, para conmemorar el oscuro aniversario de un episodio que marcó profundamente a nuestra sociedad.

Hace exactamente 50 años el Uruguay sufría un quiebre institucional que dejó cicatrices indelebles en el tejido de nuestra democracia. Hoy, como ciudadano y como representante del pueblo de Maldonado, siento la responsabilidad de levantar la voz en memoria de aquellos que sufrieron los horrores de la dictadura y para reafirmar nuestro compromiso de que nunca más vamos a repetir esa dolorosa historia.

Permítanme compartir con ustedes un aspecto personal, que añade aún más peso y significado a mis palabras. Tengo 33 años, he vivido toda mi vida en el marco de un Uruguay democrático. Soy parte de una generación que ha tenido la fortuna de crecer en un país que valora y respeta los derechos humanos, la libertad de expresión y la diversidad de pensamiento. Sin embargo, es precisamente esa misma suerte la que me impulsa a recordar y a honrar a quienes no tuvieron la misma fortuna, a quienes sufrieron en carne propia la opresión de una dictadura brutal.

Aunque yo no haya experimentado personalmente esas atrocidades de aquellos años oscuros, me siento en cierta forma heredero de la lucha de aquellos que, antes que yo, alzaron la voz en contra de la dictadura y pagaron un alto precio por hacerlo. Y me inspiro en su valentía y en su determinación para seguir adelante en la búsqueda de una sociedad justa, libre y equitativa.

Desde esta banca, desde mi posición como representante departamental, es mi deber reafirmar que el Partido Nacional ‒partido al que pertenezco‒ ha sido siempre un baluarte de la democracia y un enemigo declarado de cualquier intento de socavarla. Nuestra historia, nuestros principios nos avalan. (cg)

Desde nuestros inicios hemos defendido la dignidad humana, la separación de Poderes y la construcción de una sociedad equitativa.

El Partido Nacional siempre estuvo en contra de aquel golpe de Estado; se opuso firmemente a cualquier intento de derrocar el orden constitucional y de usurpar el poder legítimo del pueblo.

Desde nuestros orígenes hemos sido defensores acérrimos de la democracia, de la libertad de expresión y de la justicia social. En los momentos más oscuros de nuestra historia, hemos sido un faro en la lucha por la restauración de los derechos fundamentales de nuestros compatriotas.

La dictadura no solo arrebató vidas y sembró el terror en nuestra sociedad, sino que también dejó profundas heridas en el tejido social; familias enteras fueron separadas, personas fueron torturadas y desaparecidas, la libertad de expresión fue coartada y las instituciones democráticas fueron avasalladas. La dictadura dejó una huella imborrable en nuestra memoria colectiva, y es nuestro deber recordarla para que no se repita más.

Hoy, en este día de cierta manera tan importante, quiero expresar mi más profundo respeto a todas las víctimas de la dictadura y a sus familias. A aquellos que perdieron seres queridos, a aquellos que sufrieron injusticias y a aquellos que aún luchan por la verdad.

Veo la estampa en la camiseta de Bruno que dice: "Todos somos familiares" y les aseguro que no están solos.

Nuestra tarea como representantes del pueblo es trabajar incansablemente para fortalecer nuestras instituciones, que hoy son admiradas por el resto del mundo, y garantizar que nunca más sean vulneradas por intereses oscuros y ambiciones desmedidas.

Por siempre democracia.

Gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tiene la palabra el señor edil Ignacio Méndez.

EDIL MÉNDEZ (Ignacio).- Buenas noches, señor presidente, señores ediles y público en general.

Hoy conmemoramos 50 años del golpe de Estado cívico-militar en Uruguay, pero no hay que caer en romantizar ni para un lado ni mucho menos para el otro, porque como bien dijo Wilson, y como quedó explícito en lo que fue la lucha contra la dictadura, la real lucha fue de las personas haciendo fuerza por medio de la paz para volver a retomar la libertad, nunca por medio de las armas.

El Partido Nacional siempre fue el enemigo principal de la dictadura y, lo cuenten como lo cuenten, el único partido que tuvo un preso político al finalizar la dictadura fue el nuestro. El complot que se hizo para que en su vuelta Wilson fuera apresado de ninguna manera fue impulsado por el Partido Nacional, así que me quedo tranquilo, como blanco y wilsonista, que tanto mi partido como mi Corriente estuvieron alejados de ese complot. Otros partidos y otros dirigentes al día de hoy prefieren enterrar ese tipo de hechos históricos, tales como la firma del Pacto del Club Naval o las traiciones a su patria para poder obtener el poder a costas de un blanco que amaba a su patria tanto, que sufrió por ella lo que ningún otro político sufrió: ser apresado en un país que estaba saliendo de la dictadura.

Señor presidente, la historia no es un relato y el relato, al igual que las mentiras, tiene patas cortas y, tarde o temprano, varias verdades empiezan a salir a la luz. Esperemos que la historia, al igual que la verdad, sean poco a poco desenterradas. Hay que empezar a buscar los archivos que se tienen ocultos y protegidos bajo ley, que hace varios años estuvieron escondidos, que algunos Gobiernos parece que se negaron a descubrir, a revisar o a dilucidar.

Hay que empezar a desenterrar desde adentro para conocer lo que fue en verdad y no lo que nos cuentan.

Por otro lado, me gustaría comentar algunas palabras del Che, lo que el 17 de agosto de 1961 el Che Guevara dijo en un discurso en la Universidad de la República. (a.f.r.)

“Y nosotros ‒les podrá parecer extraño que hablemos así, pero es cierto‒, nosotros iniciamos el camino de la lucha armada, un camino muy triste, muy doloroso, que sembró de muertos todo el territorio nacional cuando no se pudo hacer otra cosa. Tengo las pretensiones personales de decir que conozco América y que cada uno de sus países, en alguna forma, lo he visitado y puedo asegurarles que en nuestra América, en las condiciones actuales, no se da un país como en el Uruguay, donde se permitan las manifestaciones de las ideas. Se tendrá una manera de pensar u otra, y es lógico; y yo sé que los miembros del Gobierno del Uruguay no están de acuerdo con nuestras ideas… Sin embargo, nos permiten la expresión de estas ideas aquí, en la Universidad, y en el territorio del país que está bajo el Gobierno uruguayo. De tal forma que eso es algo que no se logra, ni mucho menos, en los países de América”.

En Uruguay, señor presidente, había democracia, el Gobierno había sido electo democráticamente, los bancos empezaron a explotar antes, una revolución que nunca fue necesaria, dicho por el Che, fue el trampolín que impulsó la dictadura en nuestro país.

A 50 años del golpe decimos: “no más dictadura”. El Partido Nacional seguirá velando por la libertad de nuestro país contra cualquier movimiento que intente, con palabras bonitas, con mentiras o por las armas, arrebatarnos algo tan preciado como el poder de ser libres.

¡Viva la República y viva la democracia!

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Muchas gracias, señor edil.

Tienen la palabra representantes del Espacio 609; 15 minutos.

EDIL BORGES (Fernando).- Buenas noches, presidente, ediles, público en general.

En el contexto, también es bueno mirar a nuestra América del Sur y no solo a nosotros. Nuestra América del Sur sufrió, en su conjunto, todos estos golpes, todos estos desaparecidos, vaya uno a saber por qué intereses.

Hoy nos convoca mantener en la memoria del colectivo los 50 años de un golpe de Estado ‒50 años‒ que esta institución que integramos también sufrió. La importancia que tiene la libertad sin fijador, que podamos hablar, mirarnos a la cara, discrepar en las ideas pero no generar odio, y eso es responsabilidad de nosotros, de cada uno de nosotros; el odio termina siendo un mal consejero para la democracia. Y cuesta mucho construir democracia, porque no todos pensamos todos igual ‒por suerte, por suerte‒, en una patria, nuestro querido pueblo oriental, que desde su comienzo ha tenido una larga historia de luchas.

Así que hace 50 años comenzaba la noche más oscura de nuestra tierra. 50 años donde la justicia fue violada; 50 años donde la democracia fue avasallada; 50 años donde el valor de la vida pasó a ser cero, cuando es lo más importante que tenemos.

Así que vamos a ser breves; creemos que hay que mantenerla en la memoria del colectivo, sobre todo de los partidos políticos, a una dictadura hay que mantenerla en el colectivo de los partidos políticos para no volver a cometerla.

¡Uruguayos, nunca más!

(Aplausos).

EDIL GARLO (Joaquín).- Señor presidente, vecinas y vecinos que nos acompañan, señores y señoras ediles, todos.

Hoy recordamos, no solamente los 50 años de la disolución de las cámaras como se ha dicho esta noche, recordamos también los 50 años de la disolución de esta Junta Departamental. (g.t.d)

En el marco de esta recordación, quiero referirme a las huellas del Gobierno de facto ‒huellas que existen y persisten hasta nuestros días‒, y que no solo afectaron a sus partícipes directos sino a toda la sociedad uruguaya, que, en mayor o en menor medida, sufrió el terror de aquellos años.

Muchas de esas huellas están, pero no se ven, son individuales pero también son colectivas, forman parte de nuestras vidas cotidianas y, a pesar de que las intentamos reprimir o ignorar, existen.

El Gobierno dictatorial, entre sus múltiples objetivos, buscaba la construcción de sujetos temerosos, sumisos, desconfiados del otro, alienados por el terror permanente, destruyendo la conciencia política, el pensamiento crítico y atentando contra todas las formas de solidaridad propias de la idiosincrasia uruguaya.

Todas y todos los uruguayos fueron sometidos a una estrategia que buscaba, según el propio Gobierno militar, que se perdieran todas las esperanzas de futuro, construyendo falsos enemigos para perpetuarse en el poder.

En nuestro departamento, compañeros y compañeras, existieron grupos que resistieron la dictadura en forma pacífica, organizándose clandestinamente y cuyos miembros pagaron con tortura y cárcel el mero hecho de repartir un volante. Ejemplo de ello fueron los comités de resistencia antifascista que en Piriápolis, San Carlos, Punta del Este y Maldonado hacían circular documentos entre la población para abrir los ojos de lo que estaba pasando en esta parte del Uruguay. Muchos de esos vecinos, de esas vecinas, conocidos por todos, sufrieron tortura y largos años de prisión por el mero hecho de repartir un volante.

Imagínense ustedes, todas y todos nosotros que militamos hoy con alegría y libertad expresando nuestras ideas, que nos detengan, nos torturen y nos encarcelen por el mero hecho de repartir un volante, porque las armas y las municiones de esos compañeros no eran balas, eran letras y esas municiones eran mucho más dañinas y peligrosas para la dictadura que cualquier otra.

Resulta imposible no recordar hoy a nuestros muertos y desaparecidos. A Eduardo Mondello ‒asesinado en el Batallón de Ingenieros Nº 4 de Laguna del Sauce en 1976‒, a Horacio Gelós Bonilla ‒edil de esta Junta Departamental, desaparecido en 1976‒ y, especialmente, a Amelia Lavagna de Tizze ‒muerta en un operativo desplegado por las Fuerzas Conjuntas en su casa de Manantiales, en un hecho que hasta el día de hoy no se ha aclarado‒.

Quiero recordar también al edil José Luis Invernizzi, el Tola Invernizzi, que estando secuestrado en el año 1973, el edil Félix Boix presentó una moción en esta Junta para saber del paradero, motivos de la detención y estado de salud del Tola y de su esposa y la Junta votó 9 en 26, negativo a esa moción dirigida a los Ministerios de Defensa y del Interior. Contó con los 3 votos del Frente Amplio y 6 votos del Partido Nacional únicamente; 9 en 26.

La dictadura diseñó una estrategia perversa cuando estaba llegando a su fin; estrategia que fue avalada por parte del sistema político, el olvido y el perdón para dar vuelta la página, sustentados en el miedo a que la historia se pudiera repetir.

¿Cómo es posible olvidar y perdonar la censura? ¿Cómo es posible perdonar y olvidar la represión sistemática, las detenciones arbitrarias, el espionaje para controlar la vida en todos los aspectos de todas las personas, la cárcel para destruir a los presos y sus familias? ¿Cómo es posible perdonar y olvidar el exilio, las torturas, los asesinatos, las desapariciones forzadas? ¿Cómo es posible perdonar y olvidar? (m.g.g.)

Ante todo eso decimos, una vez más, bien fuerte y bien claro: ¡Ni olvido ni perdón! ¡Nunca más, pero nunca más de verdad!

Esta historia dejó huellas indelebles en toda la sociedad uruguaya: secuelas físicas, psicológicas y también sociales. Y esas huellas, como decía al principio, persisten hasta nuestros días. El miedo a hablar continúa en muchas y muchos de nuestros vecinas y vecinos, acarreando otras consecuencias; porque lo reprimido siempre vuelve, y vuelve de las peores formas.

Y es por eso, señor presidente, que esta noche quiero aprovechar la instancia para hacer un llamado a todas y todos quienes vivieron la dictadura, sin distinción alguna, a hablar ‒hablar con sus hijos, con sus nietos, con sus sobrinos, con sus vecinos, con sus amigos‒, a contar sus historias, sus recuerdos, sus anécdotas, a construir memoria colectiva.

Porque las y los jóvenes ‒mi generación, la del edil Soria, la del edil Rodríguez, la del edil Méndez y las que vienen detrás‒ queremos saber qué pasó. Porque aquella juventud ‒a la cual dedicaba sus últimas palabras como senador de la república el doctor Plá Rodríguez; esa juventud que sigue resistiendo y que sigue luchando por la defensa de nuestras instituciones‒ quiere saber para no repetir. Queremos saber para alcanzar la verdad y lograr la justicia, porque la impunidad persigue el olvido, busca borrar la memoria y, para evitar que la impunidad triunfe, tenemos que hablar de lo que pasó para no olvidar jamás.

A 50 años del golpe de Estado, señor presidente, a 50 años del comienzo de los tiempos más funestos de nuestra historia reciente, hacemos el llamado a construir memoria para no olvidar, a no olvidar para alcanzar la verdad y con la verdad seguir reclamando justicia.

Memoria, verdad y justicia. ¡Nunca más terrorismo de Estado!

Gracias, señor presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tiene la palabra la señora edil Wilma Noguez.

EDILA NOGUEZ (Wilma).- Buenas noches para todos.

Señor presidente, cuando me puse a pensar en esta sesión extraordinaria y en la posibilidad de dejar un mensaje no fue fácil.

El 27 de junio de 1973, fecha del golpe de Estado, yo tenía 17 años y justamente muchos compañeros de mi generación fueron detenidos de la forma que ya todos sabemos; la mayoría de ellos de forma más que injusta, lo que llevó, además, a tener la desconfianza de que simplemente por charlar con un compañero en la calle te podían llevar detenido.

Fueron años muy tristes de nuestra juventud. Por eso, señor presidente, mi mensaje de esta noche va dirigido a los jóvenes.

Como política y defensora de los valores democráticos, siento la responsabilidad de recordarles a nuestros jóvenes la importancia de mantener vivos los pilares fundamentales de nuestra sociedad. La democracia es un sistema que nos brinda libertad, igualdad y la capacidad de participar activamente en la toma de decisiones que afectan nuestras vidas. Sin embargo, no debemos dar por sentado estos derechos y privilegios.

En la era digital en la que vivimos es más crucial que nunca estar informados y comprometidos con los asuntos públicos. Las redes sociales y otras plataformas nos brindan una gran oportunidad para expresar nuestras opiniones y conectarnos con personas de ideas afines, pero también pueden convertirse en herramientas de desinformación y manipulación. (m.r.c.)

Debemos ser críticos y responsables al consumir información, verificar su veracidad y buscar diversas perspectivas.

La participación política es esencial para el funcionamiento de una democracia sólida. No subestimen el poder de su voz y de su voto. Regístrense para votar y hagan uso de ese derecho en cada elección. Infórmense sobre los candidatos y sus propuestas, y elijan a aquellos que mejor representen sus valores y aspiraciones.

Además, no se limiten a la política electoral. La democracia es más que solo votar cada cierto tiempo. Participen en organizaciones de la sociedad civil, grupos de activismo y movimientos que defiendan causas en las que crean. La democracia se nutre de la diversidad de voces y la participación ciudadana activa.

No se desanimen por las dificultades y los desafíos que puedan surgir. La democracia es un proceso constante de construcción y mejora, requiere paciencia, perseverancia y el compromiso de cada generación para protegerla y fortalecerla.

Recuerden que el cambio no siempre llega de manera inmediata, pero cada acción que tomen en favor de la democracia cuenta.

No pierdan la esperanza ni la fe en la capacidad de la democracia para lograr un cambio positivo y equitativo en nuestras sociedades.

En resumen, jóvenes, les insto a ser ciudadanos activos, informados y comprometidos. No permitan que la apatía o la indiferencia socaven los cimientos de nuestra democracia. Juntos podemos preservar este sistema invaluable y construir un futuro mejor para todos.

Muchas gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor edil Esteban Cabrera.

EDIL CABRERA (Esteban).- Gracias, presidente.

La dictadura, un período oscuro de la historia del Uruguay, donde toda la sociedad se vio violentada o suspendida en sus libertades civiles o en los derechos humanos. Un período oscuro que manchó el historial democrático de nuestro país, donde quien no fue asesinado fue preso, quien no fue preso fue exiliado y quien no fue exiliado pasó miedo por expresar su ideología política, por escuchar música prohibida o por querer protestar ante la situación laboral.

Esta dictadura fue cívico-militar y aclaramos que fue cívico-militar porque no solo estuvieron las fuerzas militares que dieron el golpe, sino que también muchos civiles colaboraron o apoyaron el mismo.

Pero la dictadura, presidente, no apareció en junio del 73 ni en febrero del 73, para los militares en realidad podemos decir que fue algo sencillo dar el golpe, ya que veníamos con una democracia muy desgastada y debilitada, y el sistema democrático y político de nuestro país contaba con altos niveles de desconfianza.

Ya a principios de los 50, con la crisis económica y social que se estaba gestando, se comienza a jugar con el sistema democrático. Por ejemplo, se intenta, mediante reformas constitucionales, solucionar todos los problemas del Uruguay.

A principios de los 50 se busca reformar la Constitución. El presidente Martínez Trueba propone reformar la Constitución para resolver los problemas sociales y económicos del país, estableciéndose el Gobierno colegiado.

Luego, cuando esta reforma constitucional no fue suficiente y el Partido Colorado no podía afrontar los problemas del país, el pueblo optó en el 59 por elegir al Partido Nacional, que debió enfrentar al inicio de su Gobierno primero que nada la muerte de Herrera y las graves inundaciones del 59, que fueron, tal vez, las más graves de la historia de nuestro país. También debió enfrentar a algunos grupos extremistas, con algunas ideas que quisieron llevar adelante mediante las armas e implementar las medidas prontas de seguridad como medida para tratar de sofocar estas problemáticas a nivel criminal.

Cuando el Partido Nacional no pudo afrontar esta situación de crisis terrible se intentó una nueva reforma constitucional, mediante el establecimiento de un Poder Ejecutivo con amplios poderes para el Presidente de la República. Quien había sido electo era Pacheco Areco. (k.f.)

Esta nueva Constitución avaló al Gobierno de Pacheco Areco en la utilización de las medidas prontas de seguridad indiscriminadamente y casi sin consultas al Parlamento, que era lo que establecía la Constitución nacional.

Esto llevó al enorme debilitamiento de la democracia, estableciendo un sistema donde el Gobierno era, para no decir “dictatorial”, bastante autoritario en su forma de gobernar; eso llevó al debilitamiento de la democracia y a la desconfianza aún mayor en las instituciones.

Todo esto, presidente, debilitó la democracia y facilitó a los militares a dar este golpe, y al presidente Juan María Bordaberry, que, luego de haber dicho esto, podríamos decir que le fue sencillo, pero le fue sencillo por este debilitamiento constante, hacía unos 20 años que la democracia se venía debilitando. La herramienta de la reforma constitucional no es algo para utilizar todos los días, ante cualquier problema. Un problema económico no se soluciona modificando la Carta Magna y los problemas sociales tampoco. La Carta Magna no debe ser algo que se modifique cada poco tiempo, esa no es la solución para todo. Escribir una nueva Constitución no nos va a solucionar los problemas económicos; los problemas económicos y sociales se resuelven de otra manera, no se resuelven mediante la reforma constitucional ni por la vía armada.

Por eso, cada día debemos cuidar nuestra democracia, en cada elección, en cada momento, en cada sesión de la Junta Departamental. Es por eso, en realidad, que queríamos hacer un poco de memoria y reclamar que ¡nunca más dictadura y que viva siempre la democracia en la República Oriental del Uruguay!

Muchas gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Tienen la palabra los ediles de Baluarte.

EDIL CASTRO (Ricardo).- Gracias, presidente.

A esta altura de la noche ya se ha dicho y expresado mucho por parte de los compañeros ediles; algunos con análisis histórico, otros más adentrados en el presente, pero el gran motor en la noche de hoy, el gran motivo de la intervención, en este caso la mía, es recordar aquella época oscura del país, aquel día nefasto del 27 de junio, con la disolución de las Cámaras.

Ese fue un hecho más que generó una dictadura sangrienta, con violación de los derechos humanos, con violación de las libertades individuales, con apartamiento del Estado de derecho, con el ninguneo permanente a las instituciones, con la persecución de los individuos, con hostigamiento a la libertad de prensa, a la libertad de reunión, derechos fundamentales que fueron violentados, presos políticos, tortura, desaparecidos… ¡Ese es el motivo y ese es el motor, a mi criterio, de la intervención! No entrar en el chiquitaje de “que aquí, que allá, que este, que el otro, que conspiró, que habló, que dijo o que Fulano de Tal”.

El motivo fundamental es el papel del Estado como responsable absoluto, en tal sentido, en la generación del terrorismo. Creo que es el protagonista fundamental, el verdadero responsable de que hoy muchos compatriotas estén desaparecidos y no se encuentren, de que muchas madres todavía no puedan llorar a sus muertos, de los muchos presos políticos que quedaron por el camino y murieron en la cárcel, de los muchos ciudadanos que fueron calificados en base a una letra y de los muchos destituidos de la función pública.

Quienes nos educamos en la dictadura recordamos con claridad aquella época oscura: la escuela, la suspensión de la actividad escolar por 1 mes, algún vecino que se llevaban… Sobre todo los que vivíamos en una ciudad como Minas, en la cual hizo cuna muy fuerte la dictadura militar, ya que los mayores cuarteles de la región estaban en nuestra ciudad ‒la División Ejército IV, con el Goyo Álvarez a la cabeza‒; a veces le pateaban la puerta a un vecino, se lo llevaban y uno no encontraba la explicación.

Y, como decía Gino hace un rato, la etapa de secundaria en la cual vivimos y padecimos la dictadura militar; el hostigamiento, sobre todo lo del pelo corto, el entrar todos los días bajo el calvario de que si no llevabas el pelo o el uniforme de forma adecuada te tenías que volver para tu casa. (a.g.b.)

Se coartaba la posibilidad de estudiar. Los mejores profesores eran destituidos; en su lugar habían puesto a las señoras de los coroneles de la época para que dictaran clases.

Ese recuerdo es imborrable y va a permanecer, ese recuerdo nos ha marcado a fuego sobre todo porque condicionó fuertemente nuestra educación. Y esa huella indeleble creo que hoy persiste en nosotros, los que en mayor o menor medida vivimos la dictadura a una edad temprana.

Permanece imborrable el recuerdo de aquellas gestas en la cual mi cuadro de barrio enfrentaba a los cuadros militares y al grito de la hinchada “se va a acabar la dictadura militar” nos enfrentábamos a los hinchas, supuestos hinchas de los cuadros militares. Esa época que marcó esa expresión de una hinchada fue la clara expresión de un pueblo oprimido que quería libertad, que quería expresarse de alguna manera.

Luego vino el Plebiscito del 80, uno ya era un poco más grande y participaba de alguna manera, pero también desde el desconocimiento de una época que nos ancló, nos cortó toda posibilidad de formarnos en democracia. Por eso los jóvenes que han nacido en democracia hoy tienen la enorme fortuna de formarse, como decía Soria; es una enorme virtud y una gran satisfacción. Por eso cada uno de nosotros tenemos que valorar permanentemente vivir en democracia y tenemos que cuidar, por encima de todo, al sistema democrático, por encima de todo la vigencia plena de los partidos políticos, el respeto indeleble a los individuos, al que piensa diferente, el apego a la Constitución y a la ley como norma fundamental y la vigencia plena de los derechos humanos.

Creo que ese es el camino de construcción. Y nunca más dictadura, nunca más terrorismo de Estado, nunca más presos políticos: verdad, justicia y memoria.

¿Qué pasó con los desaparecidos? Son un montón de interrogantes que, indudablemente, estamos y seguiremos viviendo. Esa es la gran interrogante, la responsabilidad absoluta del Estado en esa época nefasta.

Por lo tanto, tratar de ningunear ese período sangriento de nuestra historia es achicar mucho más la valoración que podamos hacer de ella.

Esta noche, en esta Junta Departamental, que fue junta de vecinos, en la cual muchos civiles participaron y formaron parte de la misma, hoy ya recobrada la democracia, muchos años después –50 años después de este golpe dictatorial– y en plena vigencia, debemos abonar y sobre todo cuidar la esencia de lo que puede significar esta casa de la democracia.

Creo que el respeto, la tolerancia y sobre todo el cultivar la defensa irrestricta de lo que debe ser el sistema, debe de estar por encima de todo.

Nosotros vemos y analizamos este período histórico que, obviamente, nos marcó a fuego, no de la forma que lo sufrió otra gente porque no vamos a comparar la época que vivieron sobre todo las familias que tuvieron presos políticos y desaparecidos soportando ese dolor permanente, pero sí se robó parte de nuestra vida y condicionó aspectos fundamentales de nuestra juventud.

Por lo tanto, en ese recuerdo individual, permítanme recordar esta etapa nefasta y proyectar una época mejor, de construcción, de tolerancia, de respeto, de democracia y de hondo contenido republicano.

Por lo tanto, agradezco esta oportunidad y nunca más dictadura, nunca más terrorismo de Estado.

¡Viva la democracia!

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Tiene la palabra la señora edil Ana Antúnez.

EDILA ANTÚNEZ (Ana).- Buenas noches a los presentes.

“A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Ya luchan la paloma y el leopardo a las cinco de la tarde. Y el muslo con el asta desolada a las cinco de la tarde…”. Estas estrofas son parte del poema de Federico García Lorca, que fueron recitadas por Ruben Castillo en el dial de Radio Sarandí el lunes 9 de julio de 1973. (cg)

Un julio gélido que solo hacía presagiar la larga noche, oscura y fría, que viviría nuestro país por los próximos 12 años. Aquel 27 de junio Montevideo quedó en silencio, como si todo se apagara. Las calles solamente eran cruzadas por vehículos militares.

Hoy también recordamos la heroica Huelga General, aquellos trabajadores y trabajadoras que dejaron su vida por defender la libertad y la democracia. En esa madrugada de aquella jornada se reunió el secretario de la Central Nacional de Trabajadores (CNT), para poner en marcha la Huelga General, decisión que ya había sido tomada previamente por la Central, en el entendido de que ante un quiebre institucional de tal magnitud, los y las trabajadoras debían hacer sentir su voz ocupando los puestos de trabajo y yendo hacia la Huelga General a lo largo y ancho de la república.

La implementación de esta decisión implicó el desarrollo de una lucha organizada en todas las fábricas, oficinas, galpones de ómnibus, bancos, sanatorios, liceos y facultades. Podríamos citar miles de casos de esas ocupaciones, pero mencionaremos solamente dos.

Por un lado, la ocupación de los galpones de Alpargatas del Uruguay, de la industria textil, que tenía un fuerte componente femenino. En este sentido es importante reivindicar la figura de las compañeras trabajadoras de esas fábricas, reivindicando, por ejemplo, a la compañera Jorgelina Martínez y, en ella, a miles de anónimas compañeras que instrumentaron dicha huelga.

El segundo caso es la ocupación de la planta industrial de Ancap. En ese sentido lo trascendental de dicha ocupación por parte de los y las trabajadoras de Fancap, es que se llegó a apagar la llama de la torre de la fábrica de La Teja; tal vez ‒y sin tal vez‒ esta sería una señal simbólica de una luz que se apagaba para los destinos del país y que costaría mucha lucha, muchas torturas, muchas muertes, muchos compañeros y compañeras desaparecidos.

Aquellos rinocerontes rabiaban y renegaban ya que decían y repetían no entender cómo las fuerzas represivas a su mando realizaban las desocupaciones, pero se volvía a ocupar y había puebladas de gente apoyando las mismas.

Esos rinocerontes nunca entendieron la fuerza y la contundencia de la clase trabajadora porque hoy como ayer "la clase obrera nunca fallará". Hoy como ayer deberemos entender que la organización, la lucha fraterna, la defensa de las causas justas y la movilización, deben darse en el respeto más amplio, ya que los y las compañeras de aquella Huelga General nos demostraron que si aquella huelga fue grande fue porque lograron tomar medidas respetadas por todos y todas y con un propósito único: defender la democracia y la libertad. Frente a la agresión, a la violencia y al avasallamiento, debemos seguir luchando por más diálogo, por más respeto y por más reflexión.

Nunca más terrorismo de Estado, nunca más dictadura.

Los años son 50, pero los daños son sin cuenta. Aún seguimos buscando verdad y justicia para saber dónde están nuestros desaparecidos.

En palabras de Octavio Paz: "Sin libertad la democracia es despotismo; sin democracia la libertad es una quimera".

Quisiera abrir un paréntesis porque hoy aquí en esta Junta nos convocamos para recordar y reivindicar la democracia y la libertad de expresión. Lamentablemente los que atropellan la libertad de expresión dinamitan la democracia; hoy fuimos limitados en el tiempo para hablar, hoy no se ha respetado lo que tanto aquí se ha hablado. Y está bueno que hoy también se hable de las cosas que se callan y sigamos cuidando y respetando la democracia.

Muchas gracias.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Para continuar, tiene la palabra la señora edil Eva Abal.

EDILA ABAL (Eva).- Muchas gracias, señor presidente.

Quien habla, nació en 1975; en 1985 cuando el regreso a la democracia estaba en 5º de escuela y estábamos dando a Latorre. Recuerdo que nuestra maestra de 5º nos pintó a Latorre como un hombre adelantado que había traído las armas y el alambrado al país y había cambiado la realidad de Uruguay. (a.f.r.)

Al año siguiente, ya en democracia, Latorre era un dictador, un déspota, etc., etc. En mi inocencia creí que así como se había dado ese cambio íbamos a conocer la verdad después de la dictadura, porque yo soy de una generación que no extrañó no saber porque no sabíamos que teníamos ese derecho. Yo me crié con un horario para volver a casa, yo me crié con cosas que no se decían, con canciones que no se escuchaban y ni siquiera se preguntaba por qué, era así. Yo me crié con autoridades y verticalidades que no tenían ninguna explicación pero vivían en todos nosotros, entonces cuando se terminó la dictadura se negaba que hubiesen sucedido ciertas cosas, se negaba la tortura, la desaparición, se negaba la apropiación de infantes, se negaban muchísimas cosas.

Para cuando tenía 13, 14 años yo sabía que había sucedido porque había visto las cicatrices de los cuerpos, nadie me lo había contado, yo lo había visto. Que hoy podamos tener esta conversación 50 años después y que este llena de tanta emocionalidad y de esta intención de defensa y de esta intención de desplazarle la culpa al otro en vez de que esto sea un mea culpa, 50 años después, es triste. Los uruguayos nos equivocamos cuando creímos que tomar las armas era una opción, que reprimir era una opción, los uruguayos nos equivocamos cuando no nos jugamos a votar porque no hubiese esa amnistía que dejaba todo en una tiniebla; los uruguayos nos equivocamos cuando decimos “tal partido”. No; “hombres con afiliación partidaria”, porque aquí se habló mucho del presidente que había de turno del Partido Colorado, pero ¡oh, si Jorge Batlle habrá ido a llevar sus huesos a la jefaturas de este país! Estuvo preso en todas las comisarías de este país varias veces. ¡Oh, si tantos hombres se habrán jugado! Porque lo heroico fue después, después de que se había hecho el desbande.

Los uruguayos nos equivocamos con la toma de Pando, señores, los uruguayos nos equivocamos con la cárcel del pueblo, los uruguayos nos equivocamos cuando no peleamos por Wilson en la aduana. Los uruguayos nos equivocamos y tenemos que enseñarle a los muchachos que no hay dictaduras blandas y que no hay golpes buenos, que la democracia –no importa quién gobierne– es la única posibilidad de gobierno que se puede permitir un ciudadano.

Tenemos que enseñarles a nuestros muchachos que no hay libertades acotadas en una democracia, que no existe democracia sin Estado de derecho. Tenemos que enseñarles a nuestros muchachos que terminada la Segunda Guerra Mundial, América Latina tenía el poder, la riqueza y la educación para ser potencia mientras Estados Unidos sostenía a Europa con el Plan Marshall y no nos podían dejar crecer, no nos podían emancipar y surgió toda esta locura. No hay un cuerpo militar uruguayo tan fuerte como para tener los recursos que tuvo la dictadura, señores; vinieron de afuera, como vino de afuera el entrenamiento de la guerrilla y nos equivocamos. Nos equivocamos al comprar el problema de otros, nos equivocamos al no saber mirarnos como pedía Herrera. ¡Nos equivocamos! Y si todos lo podemos reconocer vamos a construir un mejor Uruguay porque esta dictadura de tortura, de sangre, de persecución, de oscuridad fue de derecha y en otros lugares del planeta fue de izquierda y créanme que al lado de lo que pasó en Camboya esto fue casi, casi una cosa suave, con todo el respeto que me merece quien sufrió las consecuencias, pero estamos hablando de una población diezmada donde se mataba todo el que usara lentes porque sabía leer. (g.t.d)

Esto no tiene cara, esto fue una equivocación de todos y tenemos que enseñarles a los muchachos que hay espacios foráneos que están dispuestos a usarnos, que están dispuestos a usar de nuestra emoción y es hora de soltar, de soltar nuestro dolor, porque todos aquí, todos, lo que hicimos durante horas fue reclamar que fuimos traicionados. Traicionado fue Wilson en el Pacto del Club Naval, traicionados fueron quienes fueron presos y desaparecidos y no se los buscó, traicionados fuimos todos y es eso lo que estamos reclamando esta noche. Estamos haciendo una catarsis, estamos haciendo un duelo que es difícil, pero también toca soltar y empezar a ver otro espacio y a reconocer que desgraciadamente no salió nada bueno, así que no se puede repetir.

Muchas gracias, señor presidente.

Quiero agradecerle especialmente que, en su calidad de presidente de la Junta Departamental de Maldonado, nos haya permitido esto tan fortalecedor y, si se me permite, señor presidente, sanador. Le agradezco su calidad humana.

PRESIDENTE.- Muchas gracias, señora edil Abal.

(Aplausos).

Para continuar, tiene la otra mitad del tiempo un representante de la lista 738 del Frente Amplio. Adelante.

EDILA DE BRUN (Carina).- Buenas noches.

Un nuevo aniversario, 50 años, en otros ámbitos sería un aniversario de diamantes por la gran importancia que tiene, pero aquí sigue siendo un aniversario más del terror que la dictadura instaurada en 1973 desató en Uruguay.

Muchos conocemos la historia de este proceso, muchos la mencionan, más aún cada 27 de junio, pero muchos más la vivieron y la padecieron en todas sus formas.

Que se hayan disuelto las Cámaras provocando el exilio de muchos legisladores, que se restringieran las libertades individuales, que los militares marcaran la vida de un país, de un pueblo que, en su mayoría, lo que hizo fue pensar diferente algo que hasta el día de hoy se sigue haciendo, pensar diferente, porque todos somos seres pensantes, racionales y emocionales, porque todo lo que pasa marca nuestra vida, todo lo mencionado no se compara en nada con el terror relatado, en primera persona, por quienes lo vivieron y vivieron para poder contarlo.

En mi caso no lo viví, nací en ese año, lo que no impide que tenga empatía con todos aquellos hombres, mujeres y niños que sufrieron tales violaciones a sus derechos humanos, esos derechos tan refrendados en nuestra Constitución. Hombres, mujeres y niños que aún padecen al no tener respuesta cuando quieren saber dónde están sus seres queridos.

Aún hoy esos padres, madres, abuelos, tíos, hermanos e hijos siguen sin saber dónde están, no sin saber qué les pasó, eso lo sabemos todos, no hemos logrado que los verdaderos responsables y quienes aún los amparan digan dónde están, sin preservar la agonía que representa ver pasar el tiempo sin respuesta, esperando que la tierra hable y ratifique, una vez más, los sucesos ocurridos al amparo de la dictadura, al amparo de la impunidad, aún al día de hoy sabemos que no volverán.

Una vez más la historia está marcada por el totalitarismo que con lagrimas de sangre se ha escrito, un totalitarismo que no deja de estar presente incluso en este ámbito democrático.

Cada vez que aparece uno de nuestros familiares y/o compañero o compañera se remueve el dolor, pero también se renueva la esperanza y el compromiso de que los seguiremos buscando a todos hasta encontrar al último; lo haremos por ellos, por nosotros y por los que vendrán. (m.g.g.)

Para que nunca más la historia se repita necesitamos que la memoria viva más que nunca.

Muchas gracias.

(Aplausos).

EDILA MILLÁN (Marie Claire).- En 1973 Ramón Díaz escribía en Búsqueda: “Si para imponer la libertad económica, que hoy no existe, hay que perder la libertad política, habrá que perderla”.

Hoy estamos acá manifestando nuestro repudio al golpe de Estado, nuestro repudio a quienes llevaron adelante el atropello de las instituciones democráticas, nuestro repudio a los militares y a los civiles que desde el 27 de junio del 73 al 28 de febrero del 85 fueron el sostén de la dictadura democrática. Nuestro repudio a quienes, aprovechándose de la supresión de las libertades y de la prisión de los trabajadores y las trabajadoras, se enriquecieron y se aprovecharon del Estado. Repudiamos a todos esos que han permanecido impunes hasta ahora, quienes se aprovecharon, robaron y saquearon el Estado uruguayo. Nuestro repudio a quienes hoy, 50 años después, siguen reivindicando a los dictadores.

Y no podemos menos que expresar, presidente, nuestro rechazo, nuestro más profundo rechazo al doble discurso: hablar de democracia, de respeto y de diálogo, cuando por otro lado hacemos exactamente lo contrario, coartando la libertad, avasallando en esta Junta Departamental, limitando ‒como se lo ha hecho‒ el tiempo para expresarnos.

A 50 años del golpe de Estado y de la heroica Huelga General, reivindicamos los valores del respeto y del diálogo para llevar adelante y defender verdaderamente la democracia cuando hablamos de ella.

Vamos a referirnos también ‒era el otro tema sobre el cual íbamos a hablar‒ a otro aspecto que tiene que ver con el terrorismo de Estado. Se trata de un trabajo que ha realizado Carmen Beramendi ‒presa política, experta en temas de género, diputada, trabajadora de la pesca‒, que refiere a lo que fue la represión respecto de las mujeres por parte de la dictadura militar, ensañándose específicamente con ellas en la tortura, en las violaciones, en el abuso sexual, en cómo se trataba a las mujeres que tenían a sus hijos en prisión.

Carmen Beramendi nos dice: “Si el patriarcado designa una estructura política y social que reproduce en todos los ámbitos el dominio masculino sobre las mujeres, lo que se expresaba entonces allí” ‒en la dictadura, en la cárcel y en los ámbitos de trabajo‒ “era una dimensión insoslayable de esta alianza traducida en sobreexplotación, en la utilización abusiva de la mano de obra femenina, en el estiramiento en extremo del aprovechamiento del tiempo de las mujeres. Este Estado terrorista” ‒nos dice‒ “utilizó en su accionar un disciplinamiento desde el poder, tomando como dos puntos las violencias específicas contra las mujeres y las maternidades en prisión.

Las violencias contra las mujeres y sus determinaciones culturales nos llevan a cuerpos” ‒dice Carmen‒ “que se desnudan para ser interrogados, se violan como método de tortura, constituyendo una de las expresiones más extremas de ese proceso abusivo de apropiación de los mismos con un fuerte componente regulador y disciplinador hacia ellas. Se trataba de mujeres que se habían salido del modelo hegemónico, del deber de ser madres-esposas como única identidad para pasar a ser gestoras y protagonistas directas de las luchas; a ellas se les trasmite el mensaje de que quien se sale de la norma es sometida en tanto mujer con su cuerpo disidente.

El ejercicio del poder absoluto sobre los cuerpos femeninos disciplinados a la fuerza constituye” ‒tal como lo define Rita Segato, una gran escritora, trabajadora, pensante e intelectual sobre los temas de género‒ “una ritualización de una violencia que es terrorismo de Estado y al mismo tiempo es patriarcal.

En el relato de estas violencias con sus especificidades se comienza a deconstruir, desde las mujeres, un discurso y una simbología propia de la salida de la dictadura. (m.r.c.)

En esos tiempos la representación social de las luchas y de la resistencia a la dictadura estaban los 'peladitos presos', que realizaban conferencias de prensa recién salidos de la cárcel, en una suerte de representación de todas las luchas, invisibilizando a otras también en sus gestos”.

A las mujeres que fueron víctimas del abuso sexual y la tortura durante la dictadura mucho tiempo les llevó poder verbalizar eso y presentar sus denuncias ante la Justicia. Ese proceso ha hecho que se deba visibilizar el trabajo, la lucha de las propias mujeres, su propia lucha, no solamente asociada a esposas o madres o hijas de los detenidos desaparecidos. Debe reconocerse su acción política como sujetas activas de sus propias luchas, en ese proceso que están llevando adelante colectivamente las mujeres que pasaron por estas terribles experiencias, apropiándose de la palabra, resignificando sus propias historias y construyendo durante años ese tránsito a mujeres activas con voz propia.

Las maternidades en prisión política también fueron un terrible contexto para las mujeres que tuvieron a sus hijos junto con ellas en prisión. Y ahí también la dictadura, los dictadores, se ensañaron con las mujeres.

“El período en que las madres comparten la prisión con hijas e hijos pequeños es el de la inauguración de la Policía Militar Femenina en el Instituto Militar de Estudios Superiores, adoctrinada en la ideología de la seguridad nacional y con una descripción de las presas como tremendamente peligrosas. Las camas se colocan con una madre y su bebé intercaladas. Las policías requisan las pertenencias de día y de noche, hurgan en la rompa limpia, en la leche en polvo, en todo”. Era una compleja situación la que vivían las mujeres, cuando sus hijos se enfermaban y no recibían la asistencia médica que necesitaban.

“En esa situación es que se va ensanchando la idea del campo de lo posible dicecon la vivencia de una maternidad solidaria, colectiva, vivida entre mujeres”. La dictadura, “el terrorismo de Estado y el género comparten dice Carmen su carácter sistémico. En el terrorismo de Estado los dispositivos de control y sometimiento utilizan mecanismos de disciplinamiento que reaseguran una cultura de privilegios sostenida por la fuerza, con una ritualización de las violencias que pretende que el orden de género quede incambiado”.

En el desafío que tenemos cuando decimos: “No más terrorismo de Estado, nunca más dictadura” también estamos hablando de estas cosas.

Gracias presidente.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señora edil.

Tiene la palabra...

EDILA BLASCO (Victoria).- Me quedan...

PRESIDENTE.- Perdón, disculpa.

EDILA BLASCO (Victoria).- Gracias, presidente.

Honestamente, no pensaba hablar porque entendía que estaba muy bien representada por mis compañeros y compañeras de mi bancada, pero sinceramente me ganó la indignación.

Ayer escuché al expresidente José Mujica decir algo con lo que estoy completamente de acuerdo: muchas veces el problema no es de las instituciones sino de las personas que forman parte de las instituciones y qué es lo que hacen con ellas.

Cuando llegué hoy a esta Junta Departamental, a la bancada, y me encontré negociando por horas cuántos minutos íbamos a poder hablar cada uno de los ediles y edilas que estamos hoy aquí, en este espacio, en un momento y en una fecha muy particular. De una forma casi arbitraria se nos quería imponer un modo de funcionamiento, que tuvimos que negociar. Y eso también es problematizar sobre qué entendemos por democracia. No es solamente venir a dar discursos bonitos y solidarizarnos, la democracia se ejerce todos los días. Y también hay que escuchar a las minorías. Por eso no quería dejar pasar esto.

Y cuando digo que me ganó la indignación, fue muy desafortunado el video que se emitió al inicio de esta sesión extraordinaria. Y que las personas que vayan a ver mañana esta sesión o que la están viendo ahora, sepan que esto no es un comité de base del Partido Nacional, es la casa del pueblo.

No tengo nada en contra, al contrario, sobre la figura del legislador...

PRESIDENTE.- Señora edil, lamentablemente tiene que ajustarse al tema...

EDILA BLASCO (Victoria).- No, no estoy fuera de tema.

PRESIDENTE.- La sesión está justamente establecida para el punto que hablamos.

EDILA BLASCO (Victoria).- Discúlpeme, no estaba coordinada la emisión del video que se pasó al inicio de la sesión; no estaba coordinado. (k.f.)

Hubiese sido lindo y honesto que nos hubiesen avisado. No por la figura de Wilson Ferreira Aldunate, que fue un buen político y de quien tengo muy buenas referencias porque mi madre era wilsonista, pero fue muy desafortunado y muy desacertado el inicio de esta sesión con ese video.

PRESIDENTE.- Está totalmente fuera de lugar…

EDILA BLASCO (Victoria).- No, discúlpeme, yo estoy haciendo uso de mi palabra y estoy expresando lo que a mí me parece. Hablando de democracia, justamente...

PRESIDENTE.- Lo está haciendo porque yo la estoy dejando.

EDILA BLASCO (Victoria).- Lo que usted está haciendo es coartar mi derecho de expresión.

PRESIDENTE.- Al contrario, estoy dejándola que hable bobadas…

EDILA MILLÁN (Marie Claire).- ¡No sea atrevido, presidente!

EDILA BLASCO (Victoria).- No, me está faltando el respeto, me está faltando el respeto. Honestamente, no esperaba una actitud suya de ese…

PRESIDENTE.- ¿Y todo lo que usted me dijo, que me acaba de decir, no es falta de respeto?

EDILA BLASCO (Victoria).- No. Me acaba de decir “bobadas”, la verdad es que lamento mucho que usted, en su investidura de presidente de la Junta Departamental, me trate a mí de esa forma, cuando estoy expresando democráticamente acá, en la casa del pueblo, lo que a mí me parece…

PRESIDENTE.- Fuera de lugar.

EDILA BLASCO (Victoria).- No, para nada fuera de lugar. Por personas como usted, con ese pensamiento, es lo que se ha vivido y es justamente en lo que tenemos que profundizar, para que no pase y no vuelva a pasar nunca más. Nunca más terrorismo de Estado, a respetar a las instituciones públicas, y sobre todo las personas que tienen cargos de poder son las encargadas y principales promotoras, justamente, de la democracia.

Muchas gracias, presidente.

EDIL GARLO (Joaquín).- ¡Muy bien!

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Continuamos con el uso de la palabra.

Hablaron hasta ahora 17 ediles del Frente Amplio durante 120 minutos. Va a hablar el edil número 12 del Partido Nacional.

Adelante, señor edil Infante.

EDIL INFANTE (Alexandro).- Gracias, presidente, por el pase.

Yo no estudié mucho para venir acá, no leí nada de la dictadura, aparte no hay mucho de dónde estudiar, porque en los libros oficiales de Historia hay poca cosa. Simplemente voy a hablar como un ciudadano que nació cuando el golpe de Estado. Tenía 5 años cuando se ejecutó el golpe de Estado, así que voy a hablar sobre las vivencias y sobre lo que viví a partir de ese golpe de Estado.

He asistido, no hoy, no hoy en esta Junta Departamental en este momento, no en esta noche en la que se está reconociendo el golpe de Estado, sino desde el año 1985, cuando accedimos a la democracia, a la crítica constante del otro ‒constantemente‒, a la constante polarización entre bandos con diferentes actores políticos que se han encargado, por una cuestión ideológica, de pararnos de un lado o del otro. A aquellos que nacimos y nos criamos como niños en una dictadura, cuando fuimos adolescentes nos obligaron a pararnos de un lado o del otro, cuando no tuvimos absolutamente nada que ver con esa dictadura, y sabemos que fue una dictadura política.

Desde hace 50 años nos han cuestionado a ciudadanos comunes ‒sin vinculación política, ni con militares ni con grupos políticos‒, a familias comunes de este país, por cuestiones ideológicas. Y, como decía, señor presidente, nos obligaron constantemente a dividirnos entre los que apoyamos a militares que aplicaron terrorismo de Estado o a revolucionarios terroristas. Y ¿saben qué? No estoy ni con unos ni con otros. Pertenezco a una generación que lamentablemente ‒nuestras familias, nuestros padres, nuestros tíos‒ se comió de costado una dictadura. (a.g.b.)

Y nosotros, como niños –yo tenía 5 años cuando andaban los camiones de los milicos por ahí–, escuchábamos decir: “Se viene un golpe de Estado”. No entendía nada. Nos obligaron a criarnos en el oscurantismo de una dictadura.

¿Y sabe qué, señor presidente? Mire, lo voy a decir porque el edil que está allá, el minuano, lo sabe: asistíamos a un liceo adentro de un cuartel –¡adentro de un cuartel!–, pero, de repente, cuando vino la democracia…, porque en mi época de adolescente, sinceramente, señor presidente, capaz que no observaba bien y lo estoy contando desde la observación –repito– y no de lo que estudié en algún libro que escribió alguno, que siempre tienen visiones segmentadas, porque lo escribe uno que es de aquel bando o lo que escribe otro que es del otro; hablo desde la observación, con estos ojos como adolescente: jamás vi a nadie en territorio uruguayo defendernos de la dictadura. Jamás vi a uno. O estaban todos en el exterior y mandaban casetes o no estaban, o habrían desaparecido o estarían presos. No lo sé. Pero defensa –a nosotros– en plena dictadura no vi, antes del golpe o después la huelga capaz que sí..., no sé, sinceramente no lo vi nunca. No aparecieron nunca y que digan lo que quieran: ni de un bando ni del otro, porque las dictaduras también, señor presidente, se instalan porque los políticos carecen del apoyo popular y lo que pasó en esos años es que el sistema político no pudo captar el apoyo del pueblo.

EDIL GARLO (Joaquín).- Es una barbaridad.

EDIL INFANTE (Alexandro).- ¡Sí, señor! No había apoyo al sistema político de la gente. Y digan lo que quieran.

Los militares –como muchas veces en la historia– en Uruguay y en muchas partes del mundo aprovecharon la ocasión perfecta: unos hacían la guerrilla generando terror e inseguridad en la gente y un pueblo que estaba harto del sistema político y ahí entraron y ahí estuvimos 12 años en dictadura. El resto –el romanticismo que queramos ponerle de un lado o del otro para llevar siempre agua para sus molinos, llámese votos; los seguimos usando hasta ahora–, sinceramente, señor presidente, no lo entiendo, desde la óptica de alguien que nació en dictadura, viví en dictadura, me crié en dictadura y toda una generación de los 60 y 70 que nos criamos en dictadura. Después, hay muchos acá que hablan, son más jóvenes que yo y leyeron libros y libros con discursos totalmente dirigidos y digitados, ¿verdad?

Ahora, lo más importante, señor presidente, es que no queremos más dictaduras. ¡Claro que no las queremos! Pero hagámonos una autocrítica y empecemos por el sistema político.

Las democracias se fortalecen desde el sistema político. No existe, señor presidente, en el mundo –y pueden buscar en las historias verdaderas, no en las historias de uno y otro bando totalmente romantizadas–, ningún movimiento dictatorial ni revolucionario que se pueda dar sin el apoyo de la gente. Ninguno. Y el sistema político acá estuvo muy flojo.

Señor presidente: como han dicho muchos de mis compañeros que me han presidido en el uso de la palabra, “Nunca más” no voy a decir, tampoco “Viva la Democracia”; yo les pido “Cuidemos la Democracia”, porque depende de nosotros. Tenemos que conectar con la gente; el sistema político tiene que estar alineado, entendiendo y en comunicación directa con la gente. Como decía alguno acá, en algún momento: el descreimiento que le tiene la gente al sistema político.

Salgamos a la calle, compañeros ediles, que somos los representantes de la gente, a conectar el sistema político con la gente, porque ahí está el verdadero valor de la conservación del sistema democrático. (cg)

El resto es cháchara y discurso bonito para celebrar una fecha que hace 50 años que pasó y que sinceramente deseo que pase a los libros de Historia que es donde debe estar, porque las generaciones que vinieron después de la nuestra, cada vez menos se interesan por este tema, cada vez menos les importa.

EDIL GARLO (Joaquín).- Eso no es verdad.

EDIL INFANTE (Alexandro).- O a algunos sí, a quienes tienen vinculación con el sistema político o que están trabajando políticamente para lograr votos. Pero el resto... Pregúntenle a un gurí de 20 años ahí afuera y no sabe lo que pasó.

EDIL GARLO (Joaquín).- Vaya al 20 de Mayo a ver.

EDIL INFANTE (Alexandro).- Ni le interesa que le pregunten.

PRESIDENTE.- Silencio, por favor.

EDIL INFANTE (Alexandro).- Señor presidente, he escuchado de todo y no hablé en toda la noche...

PRESIDENTE.- Por favor, señores ediles.

EDIL INFANTE (Alexandro).- Los escuché calladitos la boca.

PRESIDENTE.- Los tolerantes...

EDIL INFANTE (Alexandro).- Si no toleran la opinión de alguien que les está contando algo que vivió, compañero lo viví... Usted puede hablarme de cosas que vivió usted, pero yo le digo cosas que yo viví y usted andaba quién sabe dónde.

Esto es parte del discurso inclusivo, tolerante y progresista siempre y cuando sea igual al mio. Si no es igual al mio hay que gritarles y callarlos. Muchas gracias, señor presidente, muy amable.

(Aplausos).

PRESIDENTE.- Gracias, señor edil.

Se ha terminado la lista de oradores.

Llegó a la Mesa una declaración firmada por todos los ediles que están presentes –que están en sala–, a la cual le vamos a dar lectura.

"Maldonado, 27 de junio de 2023.

Señor presidente de la Junta Departamental de Maldonado, Darwin Correa. Presente.

De nuestra mayor consideración: Por medio de la presente, las y los ediles de todos los partidos políticos abajo firmantes hacemos llegar a usted la siguiente propuesta de moción de declaración.

A 50 años del golpe de Estado y de la disolución de la Junta Departamental de Maldonado, la misma en reunión del día de la fecha declara:

Que la defensa de la democracia en las instituciones republicanas debe seguir siendo la bandera que una a todas y todos los ciudadanos sin distinción alguna.

Que sigue condenando las sistemáticas violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno de facto reivindicando la necesidad de verdad y justicia.

Que se reafirma la urgencia de que el Estado continúe en la búsqueda de las y los detenidos desaparecidos asumiendo las responsabilidades inherentes al Estado de derecho, identificando y condenando a los responsables.

Que todos los partidos políticos representados en este órgano, asumimos el más férreo e irrestricto compromiso en la defensa de las instituciones públicas en la promoción de los derechos de los habitantes y así construir una república en que la verdad, la justicia y la libertad sean los pilares fundamentales de nuestro futuro.

Sin más, saludan a usted, muy atentamente" y siguen las firmas de creo yo, todos o casi todos los ediles que están aquí en sala. Es imposible leer o distinguir cada una de las firmas.

Es una declaración y la Mesa considera que, además, tiene que ponerse a votación para darle la publicidad necesaria.

EDIL GARLO (Joaquín).- Presidente, una cuestión de redacción. En el punto final no es "y para así", es "y así".

Gracias, presidente.

PRESIDENTE.- Le borramos el “para”; acá dice "y para así".

EDIL GARLO (Joaquín).- Está mal.

PRESIDENTE.- Lo escribió mal.

EDIL GARLO (Joaquín).- No. Uno de los redactores, no voy a decir quién.

PRESIDENTE.- Usted nunca es culpable. Es culpable de casi todo lo que se escribió acá, porque es la letra de la nena. El "y para así", no.

VARIOS EDILES.- Que se vote.

PRESIDENTE.- Varios ediles solicitan que se vote.

SE VOTA: unanimidad, 28 votos.

Resolución N° 125/2023 Visto: La moción elevada a la Mesa por Ediles de todos los Partidos Políticos, LA JUNTA DEPARTAMENTAL EN SESIÓN EXTRAORDINARIA DE LA FECHA (por unanimidad de presentes), DECLARA: "1º) Que la defensa de la Democracia y las instituciones republicanas debe seguir siendo la bandera que una a todas y todos los ciudadanos sin distinción alguna. 2º) Que sigue condenando las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el gobierno de facto, reivindicando la necesidad de verdad y justicia. 3º) Que se reafirma la urgencia de que el Estado continúe en la búsqueda de las y los detenidos desaparecidos, asumiendo las responsabilidades inherentes al estado de derecho, identificando y condenando a los responsables. 4º) Que todos los Partidos Políticos representados en este órgano asumimos el más férreo e irrestricto compromiso en la defensa de las instituciones públicas, en la promoción de los derechos de los habitantes y así construir una República en la que la verdad, la justicia y la libertad sean los pilares fundamentales de nuestro futuro. 5º) Dese la más amplia difusión". Cumplido, archívese.

EDIL GARLO (Joaquín).- Que se dé la mayor difusión posible en todos los medios de comunicación del departamento y en todas las instituciones públicas del departamento.

PRESIDENTE.- Muy bien; muchas gracias.

(Aplausos). (a.f.r.)

Asisten los ediles titulares: Darwin Correa, José L. Sánchez, Javier Sena, Damián Tort, MiguelCabrera, José Ramírez, Eva Abal, Christian Estela, Alexandro Infante, Florencia Acosta, Verónica Robaina, Carlos Stajano, Luis Artola, Fernando Perdomo, Pedro Gava, Ronald Martínez, Francisco Salazar, Joaquín Garlo, Adriana Costa, Nicolás Billar, Sergio Duclosson, Leonardo Delgado, Marie Claire Millán, Leonardo Pereira, Daniel Fernández y Luciano Fernández. Asisten los ediles suplentes: Matheo Caraptsias, Jessica Coitinho, Roberto Díaz, FranciscoGutiérrez, César López, Fabricio Rodríguez, Leticia Correa, Darío Méndez, Elcira Rivero, GastónBaraldo, Ana María Fernández, Javier Gasco, Noelia Moulia, Ignacio Méndez, Maia González, Esteban Cabrera, Federico Guadalupe, Nicolás Domínguez, Alejandra García, Nicolás Sosa, Rosa Trinidad, Marta Torres, Miguel Muto, Gonzalo Soria, Wilma Noguez, Natalia Freire, Fernando Borges, Marcelo González Evora, Mary Araújo, Karina Gómez, Graciela Ferrari, Beatriz Jaurena,Sergio Casas, Lilián Santos, Carina De Brun, Juan Urdangaray, Fermín de los Santos, Victoria Blasco, Williams Vitalis, Jorge Pieri, Sebastián Antonini, Ricardo Castro, Ana Antúnez, WilsonLaureiro y Susana De Armas.

Ediles con licencia anual: Hernán Ciganda y Magdalena S. de Zumarán.

Ediles inasistentes: Francisco Olivera, Andrés Arias, Osvaldo Matteu, Adolfo Varela y Susana Hernández.

Siendo la hora 00:55 minutos del día 28 de los corrientes y habiéndose agotado el temario previsto, el señor Presidente levanta la sesión, labrándose para su debida constancia la presente, que se firma en el lugar ut-supra y fecha últimamente indicada.

 

Darwin Correa

Presidente

 

Luciano Fernández

Tercer Vicepresidente

 

Susana Hualde

Secretaria General

 

María Desanttis de Pérez

Directora de Departamento

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